Manuel López Camarena

El Yelmo de Mambrino

Manuel López Camarena


Ibarra, viejo PSOE, ‘cornea’ a Pedro

05/10/2023

Parece mentira que a diez o doce millones de españoles, muchos de ellos nacidos, o concebidos allén nuestras fronteras, les resulte, políticamente hablando, o políticamente escribiendo, o políticamente locutando, o políticamente lo que ustedes quieran, porque políticamente hablando, siempre con carga política al referir lo referible, como hemos podido constatar en estos tiempos de desgracia y soberbia, en los que el personaje llamado Pedro Sánchez va a ser capaz de desbaratar lo que con mucho trabajo, mucho, y mucha correa, mucha, fueron capaces de urdir los que, con más aciertos que errores, pilotaron la llamada Transición, y eso, sentimentalmente hablando, no porque venían de un régimen con el que nada habían aprendido, sino porque, precisamente, todos, hasta los tildados de azules, tuvieron que comerse los libros del día a día, hasta saber conjugar, y llevar a la práctica, todo lo mejor que tenían dentro de cada uno. Y esto, la faraónica obra levantada en la segunda mitad del siglo XX y casi el primer tercio del XXI, es lo que Pedro Sánchez, por egoísmo, megalomanía, soberbia, estupidez, amor a la intriga y la traición…, puede llegar a cargarse a la vuelta de la esquina, y, concedo porque hoy estoy de buenas por aquello de compartir Mundial de Fútbol con dos potencias como son Brasil y Alemania: ¡perdón!, quise, y quiero, decir Portugal y Marruecos. Y eso que, pienso, que tal como van las cosas, desde hace años y hasta que descarrile el tren del separatismo, ese que conducen Puigdemont y compañía, incluidos los presidentes del Barcelona Club de Fútbol, la elección entre Lisboa y Rabat no tiene color. Estos son hermanos; los otros, en el mejor de los casos, beréberes. Y sí, Sánchez puede, y quiere, cargarse el invento de la España unida bajo la Constitución democrática del 77 que nos rige. Para ello le estorba el bloque liberal conservador que forma la llamada derecha española, con sus, más o menos, 12-13 millones de españoles, dispuestos siempre, aunque en cifras volátiles y variables, a la confrontación electoral. Las cifras de fieles, +- fieles, andan por los mismos parámetros. En posibilidades de formar bloques postelectorales, ganan las izquierdas y ello porque tienen más ganas de poder político y de revancha. El rey, jefe supremo de las Fuerzas Armadas, cuya misión es la defensa exterior y la del Estado, de la Nación, de la actual España, tiene una buena papeleta. Y tiene que resolverla, aunque para ello tenga que sentar a la mesa larga, la de comer, a unos cuantos de los que quitan el hambre… para siempre.