Los regantes que dependen de los embalses conocieron ayer las dotaciones de agua que tendrán para regadío para esta campaña, unas asignaciones que se hacen sobre la base de las reservas de agua de las que disponen y también de las circunstancias especiales que atraviesa alguno de ellos, por lo que finalmente suponen un reparto desigual.

La Junta de Explotación de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) trasladó ayer a los representantes de las distintas comunidades de regantes la asignación de la que dispondrán, las cuales deberán suscribirse hoy en la Comisión de Desembalse del organismo de la cuenca.

La mayor dotación de agua será para los regantes de Peñarroya, que contarán con 25 hectómetros cúbicos para riego, «la misma cantidad» que en años anteriores. No en vano se trata del embalse del Guadiana en la provincia que está en mejor situación. Almacena 43,4 hectómetros cúbicos, lo que supone el 87,1 por ciento de su capacidad.

Aun así, su presidente, Bernabé Ruiz, asegura que hay que ser «cautelosos dado que no está al 100%», aunque considera que con esta asignación «podemos salir a flote». Del mismo modo, Ruiz explicó que están trabajando en la elaboración de informes de cara a la ejecución de un potente proyecto de modernización de regadío, cuyos trabajos deben comenzar «a últimos de este año o principios de 2024 y estar terminados en 2025».

Consistirá en la sustitución de las infraestructuras para que la presa pase de hidráulica a eléctrica, «teniendo así un menor consumo de energía». Este proyecto se suma a la renovación que hicieron ya en 2010 para que «entre el 80 y 90% de la superficie» cuente ya con riego por goteo, un importante avance para ahorrar también agua. La modernización de Peñarroya asciende a 21 millones de euros y para ello se firmó un convenio en marzo de 2022 por el cual el 80% se sufragará por la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias (SEIASA), mientras que la Junta aportará 3,4 millones y el resto la comunidad de regantes.

Torre de Abraham pide más.  Por su parte, la presidente de la Comunidad de Regantes de Torre de Abraham afirmó a este diario que si bien ya conocían que iban a tener 15,5 hectómetros cúbicos asignados, han pedido dos más, «porque el embalse ha cogido más agua».

De este modo, desde Torre de Abraham están expectantes para conocer si se atiende o no esta petición, al tiempo que explican que ya han comenzado a regar debido a las altas temperaturas y la falta de precipitaciones.

Por lo que respecta al Gasset, su presidente, Cesáreo Salcedo, explicó que en esta ocasión solo le han asignado medio hectómetro cúbico para realizar «pruebas en las tuberías», dado que están ejecutando un proyecto para instalar el riego por goteo. Por este motivo no podrán realizar riegos, salvo a partir del 30 de agosto, cuando está previsto que finalice la obra.

No obstante, reconoce que ya para entonces «habrá poco que regar» y por ello miran al cielo esperando que llueva y que riegue el cereal, el poco que aún tiene alguna posibilidad de salvarse, y los leñosos.

La peor parte en el reparto se la lleva la Comunidad de Regantes del Vicario, que un año más se quedará sin asignación de agua al contar el embalse con solo 1,2 hectómetros cúbicos. En este sentido, la comunidad viene criticando que entre el agua que va a Las Tablas y la que se deriva al Gasset, el Vicario sigue sin recoger agua.

Desde este pantano explicaron que es el segundo año consecutivo que no tienen dotación de agua para regar, mientras que los dos anteriores la asignación fue «muy precaria». Por ello, indican que aunque han remitido cartas a la CHG exponiendo su situación, solo han tenido como respuesta que se trata de una cuestión «legal», que prioriza el consumo humano en el embalse de Gasset. «Partimos de una peor situación este año para afrontar el verano» y la situación es «muy complicada», Eugenio Roldán, representante del Vicario.