El verano se cierra con una ocupación en la provincia del 60%

M. L.
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El sector asegura que las expectativas de ocupación en alojamientos turísticos se ha cumplido aunque de forma «justa» y señala la incidencia del calor en la restauración

Bañistas en las Lagunas de Ruidera en una imagen de archivo. - Foto: Rueda Villaverde

Las buenas expectativas que tenía el sector turístico en la provincia para este verano se han cumplido, pero de forma «justa» o incluso han estado «por debajo de lo esperado». La ocupación media en el conjunto de la provincia durante la época estival «no ha superado el 60 por ciento». Esas son las cifras que maneja el presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería, José Crespo, quien indicó a La Tribuna, no obstante, que en determinados espacios naturales y alojamientos rurales, sobre todo los que cuentan con piscina, se ha llegado hasta el 85 y el 90 por ciento. Son esos destinos -dijo Crespo- los que han incrementado la estadística media de ocupación en el conjunto de la provincia. Sin embargo, otros referentes para la actividad turística de la provincia, como la actividad que genera el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, han estado «por debajo de lo que se preveía». 

Crespo diferenció entre esos destinos más 'refrescantes', con piscinas o zonas de baño, y los pueblos o grandes municipios que no las ofertan. Indicó que si bien ha habido «un poco de todo» en cuanto a ocupación, «no ha sido un valle de lágrimas, aunque tampoco ha sido para tirar cohetes». Es decir, el sector ha dicho adiós a una temporada «regular», teniendo en cuenta que se trata de una provincia de turismo de interior y que se ha registrado mucho calor, el verano de la temperatura más alta que se recuerda.

Por lo que se refiere al ámbito de la gastronomía, restaurantes y bares, el también presidente regional de la asociación de hostelería comentó que si bien «las terrazas se han llenado», el calor también ha afectado, reduciendo las visitas a restaurantes en periodos como los vividos en las distintas olas de calor. Crespo recordó que Ciudad Real es una provincia que en esta época del año «exporta clientes», ya que muchas personas optan por desplazarse a destinos vacacionales de costa, viajar al extranjero o zonas más frescas del interior del país. 

Un ejemplo de ese comportamiento irregular que ha tenido el turismo durante este verano son las Lagunas de Ruidera. «Los fines de semana y agosto han estado a rebosar, pero entre semana ha habido menos gente, que es lo que me han trasladado a mí desde los alojamientos», explicó la alcaldesa de Ruidera, Josefa Moreno. Comentó que un posible motivo de ese descenso del número de visitantes han sido las dudas que se planteaban sobre si estaba ya en marcha la aplicación de móvil para acceder a los aparcamientos disuasorios y los problemas que se podrían encontrar los visitantes para estacionar su vehículo. Moreno despejó dudas: explicó que ni los disuasorios están ejecutados ni la app está en marcha y, de hecho, sólo será necesaria para «cuatro días puntuales de mayor afluencia». Por eso, indicó que quienes acudan a este parque natural podrán encontrar aparcamiento. 

En la zona del Parque Nacional de Cabañeros el verano ha transcurrido de forma satisfactoria para el sector turístico. Desde la asociación Hortur explican que, «en general, ha sido bueno, en la línea del año pasado», con gran demanda de casas rurales con piscinas o del camping. «La ocupación ha estado en torno al 90 por ciento», apunta con satisfacción Mariano Gómez, presidente de la asociación de turismo con sede en Horcajo de los Montes. «En verano se hacen rutas también, aunque menos que en otoño y en primavera, pero se hacen a primera hora de la mañana y a última hora de la tarde», explicó sobre la dinámica de trabajo que siguen para evitar el calor. Ahora esperan su temporada alta: el otoño, con la berrea «a punto de empezar». 

Otro de los enclaves turísticos de la provincia son Las Tablas de Daimiel, que en este caso han registrado «un descenso bastante acusado» de visitas, asegura Jesús Pozuelo, de Daimiel Turístico. Esto se       debe a dos motivos: «Recurrentemente, en los últimos años, Las Tablas han estado secas y no se ha recomendado ir, y porque el parque está totalmente seco desde mediados de junio, ni siquiera ha tenido el aporte para inundar la pasarela», añadió en relación a la decisión de la Administración de no llevar el agua a esa zona. 

Por eso, comentó que los negocios vinculados con el parque han notado bastante la caída de la llegada de turistas, si bien indicó que en Daimiel hay muchos alojamientos «que no dependen directamente de Las Tablas, afortunadamente», por lo que han podido registrar clientes, sobre todo, «entre semana», más relacionados con la actividad comercial o laboral en los polígonos, mientras que los fines de semana flojean. Además, destacó que algunas casas rurales también han logrado buenos registros turísticos este verano.