El honor recuperado del general que se rindió en Ciudad Real

EFE
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Antonio Escobar, el coronel de la Guardia Civil fiel a la II República que trató de detener el avance hacia Madrid de las tropas franquistas, ha recuperado su honor después de que el Consejo de Ministros le haya restituido a título póstumo

El honor recuperado del general que se rindió en Ciudad Real - Foto: Andreu Dalmau

Antonio Escobar Huerta, el coronel de la Guardia Civil fiel a la II República y que llegó a estar al mando de una columna que trató de detener el avance hacia Madrid de las tropas franquistas, ha recuperado su honor después de que el Consejo de Ministros le haya restituido a título póstumo.

Ya lo anunció la semana pasada en Barcelona la directora general de la Guardia Civil, Mercedes González, y este martes el Gobierno ha tomado la decisión de restituir al coronel de la Guardia Civil que se significó durante la Guerra Civil por su defensa de la legalidad encarnada por la II República.

De origen ceutí y formación militar, Escobar jugó un papel decisivo en Barcelona el 19 de julio de 1936 porque mantuvo a las fuerzas de la Guardia Civil a sus órdenes al servicio del Gobierno de la República y leales al presidente de la Generalitat de Cataluña, Lluís Companys.

Además, evitó que otras unidades de las Fuerzas Armadas su sumasen a la sublevación militar encabezada por el general Francisco Franco, lo que provocó su fracaso inicial en la Ciudad Condal.

LA "COLUMNA ESCOBAR" QUE INTENTÓ FRENAR EL AVANCE DE FRANCO

El 30 de agosto de 1936, el presidente de la República, Manuel Azaña, transformó la Guardia Civil, que permanecía leal a la legalidad institucional, en la Guardia Nacional Republicana.

Tras ello, el coronel Escobar se incorporó al Ejército del Centro al frente de columna que llevó su nombre, una unidad compuesta por tropas de otras unidades militares y de guardias civiles procedentes de la Comandancia de Barcelona.

La columna trató de detener el avance hacia Madrid de las tropas franquistas sublevadas en los sectores de Talavera de la Reina, Escalona y Navalcarnero, hasta que una grave herida obligó al coronel a permanecer en reposo durante varios meses, algunos de ellos en Francia.

Una vez recuperado, regresó y continuó a las órdenes del gobierno republicano.

En mayo de 1937, el gobierno republicano le nombró delegado de Orden Público en Barcelona, pero nada más llegar a su nuevo destino fue herido de gravedad en un atentado anarquista.

También se recuperó y pudo intervenir en acciones militares durante la batalla de Brunete. Por estas fechas su hijo menor, José Escobar Valtierra, falangista que combatía en el bando sublevado, murió en la batalla de Belchite.

NO ACEPTÓ LA AYUDA PARA HUIR

Fue ascendido a general de brigada y se le asignó la jefatura del Ejército de Extremadura, que había quedado muy debilitado tras los combates.

Al final de la Guerra Civil, el general Escobar rechazó la propuesta de huir y salvar la vida que le hizo el general sublevado Juan Yagüe, al que se rindió el 26 de marzo de 1939 en Ciudad Real, en el antiguo casino de la capital, a seis días de que finalizara el conflicto armado, para compartir el mismo destino de las tropas que habían servido bajo sus órdenes.

AL MANDO DEL PIQUETE QUE LE FUSILÓ

Arrestado y trasladado a Barcelona por orden de Franco, a Escobar se le anuló su ascenso a general y fue degradado a su anterior empleo de coronel. Fue sometido a un consejo de guerra y condenado a la pena de muerte, tras lo que fue ejecutado en el castillo de Montjuïc el 8 de febrero de 1940.

Fue fusilado por un piquete de la Guardia Civil que disparó a las órdenes del propio Escobar y que luego rindió honores militares a su cadáver.

El pasado 12 de abril, el Gobierno hizo entrega a los familiares del general Escobar de su certificado de reconocimiento y reparación personal en aplicación de la ley de Memoria Democrática.