Goles en familia

Eduardo Gómez
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Guadalupe y Celia, madre e hija, juegan juntas en el Caserío, equipo del que forma parte como integrante del cuerpo técnico Javier, marido y padre

De izquierda a derecha, Javier García, Guadalupe Sánchez y Celia García, en una de las porterías del Quijote Arena. - Foto: Rueda Villaverde

En casa del herrero cuchillo de palo', dice un popular refrán, que no se cumple en el caso de la familia García-Sánchez. Javier García y Guadalupe Sánchez, los padres, transmitieron la pasión por el balonmano a sus hijos, Celia y Tomás, hasta el punto de que este sábado madre e hija compartieron equipo en el Caserío, en su debut esta temporada en la Liga Territorial. 

27 años separan a madre e hija, que por primera vez jugaron juntas y lo hicieron bajo la atenta mirada del padre, integrante del cuerpo técnico y exjugador también del club amarillo. Tomás, su otro hijo, juega en un conjunto cadete de Marianistas.

«Los dos han crecido en las gradas de un pabellón y viéndonos jugar», asegura Guadalupe, orgullosa ahora de compartir equipo con Celia, que inicia su primer año como juvenil y que se ha convertido en una jugadora fija en las convocatorias de las categorías inferiores de la selección española.

Goles en familiaGoles en familia - Foto: Fotos: Rueda VillaverdeEste verano cambió Marianistas por el Caserío con el objetivo de ir teniendo también experiencia con el conjunto sénior, que compatibiliza con su presencia en el equipo juvenil, ambos entrenados por Sergio Hernández. «Me hace mucha ilusión jugar con Celia, pero fueron las circunstancias. Lo de jugar juntas no ha sido algo buscado, sino que pensábamos que ir al Caserío y poder jugar tanto en juveniles como en sénior es lo mejor para ella», explica la madre.

En el vestuario son compañeras, aunque Celia confiesa que a veces todavía se les escapa el nombre de «mamá» para referirse a una de las jugadoras más emblemáticas del balonmano ciudadrealeño y que asegura que seguirá en las pistas mientras el cuerpo aguante. «Me encuentro bien, así que no pienso en la retirada. Lo que tengo claro es que no me voy a ir arrastrando por las pistas», afirma 'Lupe'.

La madre es pivote y la hija puede desenvolverse tanto en la primera línea como desde el extremo. Entre ellas se ofrecen consejos: «A mí me dice que mire al pivote y se la pase y yo le digo que me bloquee para poder entrar más rápido», explica Celia. 

Goles en familiaGoles en familia - Foto: Rueda Villaverde«Es juvenil de primer año y quizá le falte cuerpo. Destaca por su velocidad y fortaleza mental, es muy atrevida. No se achanta y si se la tiene que jugar no se le encoge el brazo», repasan los padres sobre su hija.

«Yo intento ayudarlas en lo que puedo», añade Javier García 'Killo', que también ejerce como preparador de porteros de la primera plantilla masculina del Caserío. «Cuando me paran un lanzamiento le miro y él ya me indica lo que tengo que corregir», repasa la hija.

«Lo bueno de que jueguen juntas es que ahora se pueden defender entre ellas en la pista y no desde la grada», bromea 'Killo'.

Goles en familiaGoles en familia - Foto: Rueda VillaverdeMás allá del pabellón, en su casa también se respira balonmano y les encanta ver juntos partidos o analizar los encuentros que disputan.

Además del Caserío, intentan no perderse partidos del Bolaños o del Málaga de la también ciudadrealeña Merche Castellanos. Como anécdota, el pasado sábado entraron sobre las tres de la tarde en el Quijote Arena para preparar su primer partido juntas y acabaron cerca de las once de la noche en el pabellón Macarena Aguilar viendo el Bolaños-Pozuelo del Trofeo Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.

Celia, que tiene como referentes a Silvia Arderius y Sole López, se entrena cuatro días a la semana, compatibilizando esas sesiones con sus estudios.

Los tres piden el apoyo de los aficionados para que en Ciudad Real continúe creciendo el balonmano, algo más que un deporte para esta familia.