Farmacéutico de profesión, a Francisco José Perales se le conoce como 'el sastrecillo valiente'. Con 25 años dejó su trabajo en un laboratorio de Madrid para dedicarse a su pasión, el bordado en oro. Una afición que se ha convertido en su sustento de vida gracias a esas ganas de vestir a su Virgen, la Esperanza, y a las numerosas horas de trabajo, dedicación y aprendizaje. «Observaba cómo se bordaba, visitaba talleres y veía vídeos para aprender de forma autodidacta. Nunca he estado en una academia de bordados y todo ha sido a base de horas de practicar y de ilusión», comenta con satisfacción en su taller de Torralba de Calatrava, donde el oro y el arte impregnan cada estancia. Natural de Jaén, en 2010 se echó «la manta a la cabeza» e instaló su taller en Torralba de Calatrava, donde además de él y su mujer trabajan otras tres personas.      

Bajo el escenario de Farcama, la Feria de Artesanía de Castilla-La Mancha, que se celebrará del 10 al 15 de octubre en Toledo, recibirá el diploma de Maestro Artesano que otorga cada año la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Junto a él, recogerá también este reconocimiento el taxidermista Jesús Polán, de Alcázar de San Juan, además de otros once artesanos de la región. Es su primer reconocimiento institucional, que llega con «mucha ilusión» porque «no solo supone un reconocimiento a toda una trayectoria, sino también una garantía de calidad». 

Mantos, banderines, túnicas, sayas, escapularios y bordados para traje de bodas, entre otros muchos elementos, llevan el sello característico de Perales, conocido por «la forma de la pieza, el bordado y el diseño». «Tú ves otro bordado de Semana Santa y no sabes quien lo ha hecho, pero ves los míos y se reconocen rápidamente», argumenta mientras señala el bordado de la saya de una Virgen, una de las piezas en las que lleva trabajando desde mayo a base de «incalculables» puntadas de un hilo de seda a la que se le ha puesto una capa de plata y se ha bañado en oro, lo que se conoce popularmente como hilo de 'oro fino', y que a día de hoy, en todo el mundo, solo se fabrica en Barcelona. Su precio, unos 3.500 euros el kilo.  

Puntadas de arte y oro - Foto: Rueda VillaverdeSu marca, Perales, ha traspasado fronteras llegando hasta Estados Unidos, Canadá, Alemania o incluso China, donde en los últimos años se está apostando por «la calidad y la artesanía hecha en Europa». «Trabajamos para una empresa que vende bolsos para China y nosotros les hacemos los bordados», apunta al tiempo que señala que son muchos los clientes que han depositado su confianza en su taller. Pero no ha sido fácil, recuerda, pues son muchas las vicisitudes que han tenido que superar. Y una de ellas fue en 2013, cuando a pocos meses para dar la bienvenida a la Semana Santa los amigos de lo ajeno se llevaron todas las piezas que entonces había en el taller. «Fue uno de los peores baches. La familia nos tuvo que prestar dinero para seguir adelante», declara. Y con constancia y esfuerzo tiraron para adelante, hasta tal punto que su negocio se ha expandido hasta Sevilla, donde regentan una tienda.   

La paciencia y la imaginación son factores claves para dedicarse a un oficio abocado a su desaparición, dice. En la provincia solo dos personas se dedican a este tipo de bordados y de momento, en su caso, sus dos hijos no quieren seguir con el negocio. «Me da pena, pero sobre todo porque toda la inversión y el esfuerzo realizado no tengan una continuidad», lamenta con nostalgia. 

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