El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha asegurado que el retorno de la exconsellera Clara Ponsatí se ha producido en unas "condiciones más favorables" que hace meses, como consecuencia del acuerdo de ERC con el Gobierno central para derogar el delito de sedición.
Ponsatí, exconsellera de Educación del Govern de Carles Puigdemont que huyó tras la declaración de independencia de 2017, cruzó ayer la frontera francoespañola para regresar a Cataluña, pero fue detenida en Barcelona y posteriormente puesta en libertad -con obligación de comparecer el 24 de abril ante el Tribunal Supremo-, a raíz de la orden de arresto que el Supremo dictó contra ella por un delito de desobediencia al facilitar el referéndum del 1-O.
Tras reclamar anoche a través de un comunicado la puesta en libertad de Ponsatí, Aragonès ha comparecido este miércoles ante los medios después de acompañar a la consellera de Acción Exterior, Meritxell Serret, a su juicio en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) por su papel en el referéndum unilateral del 1-O.
Preguntado sobre las críticas que Ponsatí dirigió a Serret por haberse puesto a disposición del Supremo y dificultar la estrategia de confrontación, Aragonès ha mostrado su "alegría" por el retorno de la eurodiputada de JxCat, a pesar de no ser "en plena libertad, como quedó demostrado ayer", lo que a su juicio "es un síntoma de que la represión continúa y de que el conflicto sigue vivo y debe resolverse por la vía democrática, y no judicial o penal".
"A mí nadie me encontrará nunca, en ningún caso, confrontando a los represaliados", ha dicho el presidente catalán y coordinador nacional de ERC sobre esos reproches de Ponsatí. "Yo no lo haré. Para mí todos merecen toda la solidaridad y tendrán toda la mía personal y como presidente. Debemos seguir trabajando para resolver democráticamente el conflicto. Es lo que hace este Govern".
De hecho, Aragonès ha querido incidir en que el retorno de Ponsatí "se ha podido producir en condiciones más favorables que hace meses, a causa del acuerdo que hemos llevado a cabo y que ha permitido la derogación del delito de sedición", ha dicho en alusión al acuerdo en diciembre entre la Moncloa y ERC para reformar el Código Penal.
No obstante, según Aragonès, "la decisión del Supremo de mantener la orden de detención" a Ponsatí, pese a su "inmunidad" parlamentaria, "es una muestra más de que el conflicto continúa y solo se puede resolver por la vía democrática".
Por otro lado, ha explicitado su apoyo a Serret ante su juicio y ha hecho un "reconocimiento" a su "compromiso, constancia y perseverancia" como consellera para "defender el derecho de autodeterminación" de Cataluña.
Tras defender la vía del diálogo, ha hecho un "llamamiento" al Estado a que "aborde el fondo del conflicto y no impida, sino todo lo contrario, que acompañe y reconozca el derecho de los ciudadanos de Cataluña a decidir su futuro" en un referéndum.
Por su parte, el presidente de ERC, Oriol Junqueras, ha mostrado también su apoyo a Serret ante las "embestidas" del Estado.
"Hay una parte de los aparatos represivos del Estado que no pueden resistir la tentación de embestir contra la democracia", ha denunciado el líder republicano, que ha recalcado que la convocatoria de un referéndum "no es un delito".
Sobre el retorno de Ponsatí, ha expresado su satisfacción porque, a su juicio, ha sido posible gracias a la derogación del delito de sedición: "Ella misma reconoció ayer que el contexto penal había cambiado", ha remachado.
Hasta las puertas del TSJC se han acercado no solo representantes de ERC, sino también numerosos dirigentes de JxCat, entre ellos su presidenta, Laura Borràs, el vicepresidente y portavoz, Josep Rius, y numerosos diputados del Parlament, además del secretario general del partido, Jordi Turull.
Por parte de las entidades civiles, el presidente de Òmnium Cultural, Xavier Antich, ha asistido a la concentración de apoyo a Serret, así como miembros del secretariado nacional de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), según fuentes de la organización.