La revolución emprendida por Luis Enrique en junio de 2023 ha derivado, dos años después, en uno de los equipos más dominantes y espectaculares de la historia moderna del fútbol. Una manada de lobos lanzada a la yugular de sus oponentes.
Para la 23/24, entre ventas, cesiones y salidas de futbolistas que terminaban contrato, el Paris Saint-Germain 'perdió' a 24 jugadores. El primer paso de la limpia necesaria para ejecutar el plan. Neymar, Verratti, Diallo, Draxler, Icardi, Wijnaldum, Paredes… dejaron cerca de 210 millones en el club francés. Salieron libres o prestados Messi, Ramos, Bernat o Renato Sanches, entre muchos otros jóvenes valores de la cantera parisina, y el técnico asturiano bendijo las llegadas (todas costaron más de 454 millones de euros) de Kolo Muani, Gonçalo Ramos, Ugarte, Dembélé, Lucas Hernández, Barcola, Beraldo, Kang-in Lee… El proceso transformador era evidente: el PSG pasaría de ser un lugar para vivir cómodo a convertirse en un potro de tortura para los rivales.
El pasado curso ganó con comodidad todo lo 'ganable' en Francia, pero se quedó a las puertas de la final de la Champions. El Borussia Dortmund (subcampeón después ante el Real Madrid) le derrotó en los dos partidos de semifinales (1-0) en una de esas jugarretas que gasta el fútbol con incómoda asiduidad: los galos dispararon 46 veces en la eliminatoria, los alemanes solo 19. «Me pongo un sobresaliente». Así calificaba Luis Enrique su primer curso, aunque, tal y como reconocía en el documental No tenéis ni p… idea, había algo que escapaba a su control: el desempeño de Kylian Mbappé.
De una manera insospechada para un elevadísimo porcentaje del planeta-fútbol, el Madrid le hizo un favor enorme sacando al genio de Bondy del Parque de los Príncipes. «Ahora lo controlaré todo», decía con una sonrisa pícara. Otras 12 bajas (también se fueron Simons, Ekitike, Ugarte o Danilo, como salidas más destacadas) limpiaron un panorama al que se incorporaron Pacho, Doué, Joao Neves y, ya en enero, Kvaratskhelia. Cerca de 240 millones para conformar un equipo voraz, prácticamente perfecto, sin apenas fisuras, que camina hacia el mejor año en la historia del fútbol.
Invierno
En las dudas que despertaba el equipo, que encadenó cuatro jornadas de Champions sin ganar (derrota ante el Arsenal, empate ante el PSV y dos caídas ante Atlético y Bayern en octubre y noviembre), la figura de Ousmane Dembélé surgió prodigiosa en enero. Un gol suyo aseguró el primer título del curso. Fue en la Supercopa de Francia, en el minuto 92 y ante el Mónaco. Sin que nadie lo sospechara, el francés arrancaba así (5 de enero) el mejor año de su vida y el PSG, el camino hacia lo que nadie ha logrado jamás, un 2025 de siete posibles trofeos. Remontarle un 0-2 al Manchester City (4-2 final) o conquistar Anfield en la tanda de penaltis fueron dos pasos determinantes.
Primavera
En abril y mayo, los de Luis Enrique levantaban la Liga y la Copa. Era el sexto 'triplete nacional' (sumando la Supercopa) en las últimas 10 temporadas. Levantaba el primero de los títulos con muchísima antelación (finalmente terminaría la Ligue 1 con una renta de 19 puntos de ventaja sobre el Olympique de Marsella, con apenas dos derrotas en 34 partidos, 92 goles a favor y 35 en contra), y el segundo con una colección de goleadas: 20 tantos en cinco partidos, incluyendo el 3-0 de la final sobre el Stade de Reims. Toda esa tranquilidad le valió para avanzar fresco en la Champions: sufrió ante el Aston Villa en cuartos (global de 5-4), tiró de oficio en semifinales ante el Arsenal (3-1) y el 31 de mayo firmó la mayor paliza en la historia de las finales de la competición, el histórico 5-0 sobre el Inter de Milán que le reportó la primera Copa de Europa de su historia.
Verano
Con la inercia de un final de campaña apoteósico, el PSG se plantó en Estados Unidos como el gran favorito en el Mundial de Clubes. Arrasó al Atlético en su debut (4-0) y sembró dudas ante Botafogo (derrota por 0-1) en la segunda jornada, pero metió paso de campeón desde entonces: 2-0 cómodo ante Seattle, goleada sencilla (4-0) al Inter de Miami, victoria de enorme prestigio ante el Bayern (2-0) en inferioridad numérica y exhibición de poderío contra el Real Madrid: otro 4-0 que le sitúa como el gran favorito de la final ante el Chelsea. Y este mismo verano, el 13 de agosto y en Udine (Italia), todos los pronósticos le dan como ganador de la Supercopa de Europa ante el Tottenham, que se llevó la Europa League.
Otoño
El mismo día que comienza el otoño, el 22 de septiembre, se celebra en París la gala del Balón de Oro… y el PSG podría unir el más prestigioso galardón individual a todos los premios colectivos del curso: Dembélé o Vitinha están en todas las quinielas. Y si llega a final de 2025 con velocidad de crucero y estos seis títulos en el bolsillo, la guinda del pastel será la Copa Intercontinental, en la que está directamente clasificado para la final (17 de diciembre). Con la Libertadores aún en octavos de final (Flamengo, Palmeiras, River Plate, Sao Paulo, Racing Club y Botafogo son los favoritos en Sudamérica), la lógica invita a pensar en el último entorchado del año para los 'lobos' que ha criado Luis Enrique en estas dos últimas temporadas.