El pasado 9 de febrero comenzó una de las obras más esperadas de la capital: la construcción del primer tramo de la ronda sur, que contempla la solución al deterioro de la calle Fernando Alonso de Coca, que ha sido objeto de un sinfín de quejas durante años por parte de los vecinos.  

La alegría de ver el inicio de los trabajos contrastaba con la incredulidad y la preocupación al ver que apenas «una semana y media después», las máquinas se paraban en seco, se guardaban y en la zona ha dejado de haber la actividad propia del movimiento de tierras y los trabajos iniciales para construir una gran avenida de cuatro carriles, dos por sentido, y dos rotondas, que desatascarán parte del tráfico que actualmente soporta la avenida de Reyes Católicos.

El concejal de Hacienda, Nicolás Clavero, informó a este diario que la obra está «paralizada por estar estudiando la empresa adjudicataria el paso de instalaciones eléctricas con Unión Fenosa». Del mismo modo, descarta que el motivo de este frenazo fuera por falta de financiación, como habían apuntado algunas fuentes. «No hay ningún problema de financiación», sentenció.

La obra de la ronda sur se para por una línea de alta tensión - Foto: Rueda VillaverdeEn concreto, desde la empresa indicaron a este diario que se trata de una línea de alta tensión subterránea que va a desembocar al Hospital y hasta el viernes no fueron desde Unión Fenosa para marcar exactamente el trazado y la profundidad a la que se encuentra, por lo que la empresa adjudicataria, Obras Públicas e Ingeniería Civil MJ, está trabajando ahora para comprobar que la rasante de la futura ronda permita actuar en la zona. «Son simplemente unas comprobaciones para evitar que haya un corte de luz y problemas mayores, no es nada del otro mundo», informaron las fuentes, que indicaron que «lo más probable es que a final de semana o la semana que viene, se reanuden los trabajos y, como mucho, antes de mitad de marzo que están reiniciadas».

«Más vale perder un poquito de tiempo ahora que lamentarnos más adelante», agregaron para exponer que se trata de una línea que está contemplada en los planos que sirven de referencia para redactar el proyecto, pero «lo que nunca se contempla es la profundidad a la que va» y de ahí que ahora, tras algunos movimientos de tierras, se cercioren de la ubicación exacta de la misma para evitar que las máquinas toquen ese cable de alta tensión con el peligro que supondría. De este modo, en caso de ser necesario, realizará las oportunas compensaciones de las rasantes de cara a la construcción de esta importante infraestructura.

Se trata de una obra que se adjudicó por 2.511.570,60 euros más IVA y que tiene un plazo de ejecución de 11 meses. Los trabajos comenzaron con retraso en relación con lo anunciado previamente por el Ayuntamiento y de ahí también el malestar de los vecinos. «Empiezan la obra tarde y después de una semana y media, se paralizan», lamentó a este diario uno de los vecinos, que expuso sus quejas por los baches que sufre la vía.