Dos 'magos', un título

Diego Izco (SPC)
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Luis Enrique e Inzaghi, los estrategas de la gran final, han llevado a PSG e Inter más allá de lo esperado

El entrenador asturiano está a un paso de levantar la Orejona justo una década después de que lo hiciera con el Barcelona. - Foto: Gonzalo Fuentes (Reuters)

Luis Enrique Martínez y Simone Inzaghi: las dos cabezas pensantes de la gran final de la Champions 2025. Dos tipos intensos, tan obsesos de su idea que han logrado convencer a sus futbolistas de seguirla a rajatabla porque así encontrarán el premio. Dos estilos distintos en el choque más trascendental del año en Europa. 

A ambos equipos les une el compromiso y la solidaridad, pero a la hora de manejar la pelota actúan diferente. El PSG está concebido para dominar el partido y el Inter no se siente incómodo en un papel aparentemente sometido. Salvo sorpresa mayúscula, la final de 2023 ante el Manchester City -como principal referencia- o la semifinal ante el Barça serán patrones de corte válido para intuir por dónde discurrirá la final. 

Reconstrucción

«Sin Kylian perderemos cosas, pero seremos mejor equipo» y «el año que viene -por este- voy a controlar todas las situaciones del juego, sin excepciones» son dos frases premonitorias. Podían parecer dos 'machadas' de un técnico altivo y soberbio, pero Luis Enrique (Gijón, 8 de mayo de 1970) ha construido un Paris Saint-Germain a su imagen y semejanza: entusiasta, apasionado y agresivo. La reconstrucción del 'gigante' francés pasó por derribarlo todo. Aquella idea megalómana de Al-Khelaifi cuando juntó a Messi, Neymar y Mbappé ha dado paso a un bloque más 'funcional'. Menos figuras, mejor rendimiento. Ningún 'liberado' sobre el césped y todo el conjunto funcionando al unísono: 'Lucho' ha trabajado durante dos campañas buscando la excelencia, intentando que los movimientos de sus 11 jugadores sean coordinados y no haya que taparle las vergüenzas defensivas a nadie, como sucedía hasta el curso pasado con el hoy delantero del Real Madrid. 

La consecuencia de esa idea es un bloque que funciona más como un grupo de guerrilleros de élite perfectamente coordinado capaz de adaptarse a cualquier circunstancia: la forma en que tomó Anfield o supo sufrir ante Arsenal y Aston Villa refleja la capacidad de transformación del plan, autoritario con balón y solidario sin él. Es el equipo que más ataques ha realizado esta Champions (959), el que más ha disparado (300 tiros, 111 de ellos a puerta)… pero también el que más balones ha recuperado (694). Bien armado defensiva y ofensivamente, activo durante los 90 minutos en todas las zonas del campo, el sueño del triplete toma forma en Múnich: ganó la Ligue 1 con 19 puntos sobre el Marsella y la Copa con inusitada facilidad (21 goles a favor y cinco en contra en seis partidos). 

Misión casi imposible

Hace cuatro años, a Simone Inzaghi (Piacenza, 5 de abril de 1976) le encargaron un 'imposible': mantener el nivel de un club 'gigante' que empezaba a hacer recortes drásticos tras una etapa de despilfarro. Se lo tomó tan en serio que ha ganado seis títulos (incluida la Serie A de 2024) y ha llegado a dos finales de la Liga de Campeones con una inversión total (256 millones), similar a la que el PSG ha gastado solo esta temporada (241). 

La idea del técnico 'nerazzurro' pasa por la unión férrea de todas sus piezas, estén donde estén sobre el césped: es un equipo preparado para ejecutar con precisión eso que hoy llaman 'bloque bajo' (defensa cerca de la portería) o para presionar en campo rival. Pero todos al unísono, en un perfecto ejercicio coral basado en una línea de tres centrales y dos laterales muy largos -si los extremos rivales lo permiten- que mueven en el mediocampo Çalhanoglu, Mkhitaryan y Barella. El 'triángulo mágico' de Inzaghi no conoce especialistas: los tres pueden atacar o defender, los tres pueden construir o destruir. Para ejecutar su plan necesita atacantes capaces de recibir 'melones' y convertirlos en balones útiles, y en esa tarea Thuram y Lautaro son perfectos. 

Sin grandes figuras, pero con una idea monolítica de su fútbol, el Inter, básicamente, 'compite a la italiana'. Es el equipo menos goleado de la competición (11), pero la idea de bloque defensivo desaparece con el dato más relevante de las semifinales: el hecho de que le hiciese siete al Barça (tres en la ida, cuatro en la vuelta) o que haya sido el máximo realizador de la Serie A (79) pone al PSG en alerta.