A nuestro presidente le está pasando en su discurso de ayer lo mismo que a Fernando Simón cuando dijo que ¡como mucho iban a ser 2 o 3 infectados!, ¡qué gracioso! Miremos un poco.
Primero se rodea con los de Podemos, y el vicepresidente Iglesias, que iba a donar lo que cobrase por encima de los 3.000 € a los pobres, invierte el superávit en un chale con muchos cuartos de baño, y se larga. Luego Iceta, al poco le toca el turno a Dña. Irene Montero por lo del Sí es Sí. La plaga se va extendiendo. A Monedero le denuncian por agresión sexual, aunque se lo sobreseen por las dudas, ¡toma dos tazas de sí es sí! Al poco aparece en escena Errejón con sus ataques de amor. Luego el Tito Berni, diputado del PSOE, con la escandalera de contratar chicas de alterne para las relaciones 'públicas' en una trama de corrupción, al que por cierto en un alarde de pudor subliminal es cesado por el propio Santos Cerdán. Y continúa el culebrón porque Koldo no iba solo sino en compañía de otros, y se descubre a Ábalos, el ministro del misterio de las 40 maletas de Delcy, la venezolana, que aterrizó en el aeropuerto de barajas sin pasar por la aduana. Algún día Iker, el de Cuarto Milenio, lo tendrá que estudiar. Pero el Sr. Ábalos, que era la mano derecha de Sánchez, inmerso en una trama de comisiones, se descubre que se pasaban las chicas contratadas por la administración para no ir a trabajar, a no ser que se le quiera llamar trabajar a otra cosa, y ahí aparece el siguiente, la estrella de la fiesta, Santos Cerdán, regateando como en un mercadillo el 'reparto' con Koldo. La cosa viene adornada por un 'violinista' y director de orquesta que a las preguntas que le hace la jueza de dónde trabajaba y en qué consistía su labor musical, dice que cree que en una oficina de la diputación de Badajoz. Tirando de la manta, aparece su amigo preferido, Miguel Angel Gallardo que al ver como le rozan los tiros de la juez, se pone a jugar a la gata parida con las diputadas de Badajoz, que salen disparadas del Congreso para meterse él como aforado y que tengan que pedir un suplicatorio. Luego se descubre que Santos Cerdá también metía mano en los votos. ¡Mete otra papeleta! se le oye decir, y mientras tanto el vicepresidente canario del PSOE es grabado haciendo negocios con un narco de la zona. La misma historia que cuando decía Simón que solamente iban a ser 2 o 3. Y atravesando todas estas historias aparece el Fiscal General nombrado por Sánchez, e imputado por el Tribunal Supremo.
Es verdad que en el PP hubo corruptos, pero no ha sido ahora, y si nos referimos a corrupción antigua solamente hay que tirar de hemeroteca para enterarnos qué el PSOE fue condenado por el asunto Filesa, o los ERES, que nos costaron 900 millones a los españoles. Y aderezando la cuestión, con los votos de los propios condenados separatistas de Cataluña, rebaja las penas a los malversadores y los quiere amnistiar. Pues si había venido a poner orden y a acabar con la corrupción parece que le ha salido el tiro por la culata, y dice que no sabía nada. ¡Pues cómprate el periódico, coño!
Pero, en fin, siempre nos quedará Conde-Pumpido parafraseando a Humphrey Bogart en Casablanca.