Regueiro honra la memoria de Juan Alcaide en Letras

Diego Farto
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El poeta cubano, residente en Canarias, presentó en el Aula de Poesía el libro 'El hambre de la patria (1972 Unplugged)' antes de trasladarse a Valdepeñas para recoger el premio

Arlen Regueiro Mas, ganador del XXXIV Premio Internacional de Poesía Juan Alcaide, destacó ayer la recuperación de este certamen, como un momento feliz para Valdepeñas y la provincia de Ciudad Real. Horas antes de recibir este premio, el poeta cubano residente en Canarias, realizó la presentación del poemario con que alcanzó este galardón, El hambre de la patria (1972: unplugged), en el marco del Aula de Poesía de la Facultad de Letras, en Ciudad Real.

«Más que el hecho de que yo haya ganado el premio, de la importancia que tiene para mí, creo que hay destacar la importancia que tiene para Valdepeñas y para la literatura en Castilla-La Mancha el hecho de recuperar para la memoria literaria de estos tiempo el nombre de Juan Alcaide», manifestó. En esta línea, felicitó tanto a la Facultad de Letras como la editorial Verbum, puesto que también es una forma de incitar al conocimiento de Alcaide.

Regueiro leyó sus poemas ante los asistentes al acto, en el que tuvo como presentador al profesor Jesús Barrajón, quien recordó que este certamen literario es la primera colaboración de la Editorial Verbum, editora de la obra, con la Facultad de Letras. Igualmente, el decano del centro, Matías Barchino, recordó que el Premio Juan Alcaide se decidió por unanimidad del jurado entre los 341 libros de poesía presentados al certamen.

Barchino también anunció la próxima presentación del fallo del I Premio de Novelas Ejemplares, realizado de nuevo en colaboración con la editorial Verbum, a la que representaba en este acto su director, Luis Rafael Hernández.

En una conversación con La Tribuna minutos antes del acto en la Universidad de Castilla-La Mancha, Regueiro explicó que con este título trata de expresar sobre todo «las carencias que pueda tener cualquier persona ante el concepto de patria».

A partir de su propia experiencia, el escritor cubano señala que «a veces, aquello que nos hicieron creer desde pequeños que era la patria, algo que debemos respetar, algo que debemos admirar, no es lo que nos dijeron, sino otra cosa».

Recordó que para algunas personas este concepto «funciona de una manera abstracta», de modo que en su caso es «una patria es como un paisaje mucho más interior, es algo que tenemos más dentro de nosotros, diferente al que de una forma u otra nos vemos obligados a vivir según unas circunstancias», señaló.

De esta forma, el libro refiere el proceso de «elegir una forma de patria», que enlaza con la célebre cita de Rilke, «La patria del hombre es su infancia». De esta forma, Regueiro señala que El hambre de la patria «trata de la recuperación, la búsqueda, de un concepto que está más en el paisaje interior de cada individuo».

 Del mismo modo, en su condición de escritor, se considera «hijo de muchas patrias», una sensación que tuvo al encontrarse en Lugo con los familiares de su padre y que espera volver a vivir cuando se reúna en Cataluña con los familiares de su bisabuelo materno, de apellido Mas. En su conclusión, «la patria es donde uno puede vivir en plenitud y se siente feliz».

Del mismo modo, señaló que esta obra es un libro «por momentos, duro», ya que en la poesía como tal «puede ser muy candorosa, muy dulce, muy amorosa, pero también puede ser muy dura, porque busca la verdad y ésta no siempre es grata».