Más que un botón rojo para la teleasistencia

Hilario L. Muñoz
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Detectores de caída, de humos, de movimiento o de gas se suman al tradicional 'collar' con el que llegó la teleasistencia y que alargan a los dependientes el tiempo que pueden vivir en su domicilio

Beningna Parrila con el collar de la teleasistencia, la pulsera que es un sensor anticaídas y el de movimiento en la puerta del pasillo de su casa. - Foto: Rueda Villaverde

Si Gertrudis Parrilla, una vecina de Puertollano de casi 85 años, sufriera una caída en su casa, a los 20 segundos una pulsera en su muñeca comenzaría a vibrar primero y 20 segundos después iniciaría una llamada al servicio de teleasistencia para preguntarle cómo se encuentra, si se puede levantar o enviarle ayuda. Igual ocurriría si por alguna circunstancia no pudiera levantarse de la cama o el sofá, un sensor situado en el pasillo haría esa llamada si no detectara el paso de Gertrudis pasadas unas horas. María Paz Molina lleva media vida dedicada a cuidar a sus padres y ahora es ella quien quiere ser cuidada. Tiene ataques de ansiedad, problemas de oído y hace años se dejó una sartén al fuego, su madre le había llamado y mientras le cuidaba se le olvidó. Por este motivo, en su caso, hay un detector de humo en su vivienda y otro de gas, que hacen la misma función que el de caídas y de movimiento, primero pitan y pasado un tiempo suena un aparato en su salón, preguntando si está bien.

Estas dos mujeres son usuarias de la teleasistencia, una iniciativa de la Junta de Comunidades, gratuita para los usuarios, que les permite alargar la vida en su casa y que en el imaginario colectivo se ha instalado como ese collar, con un botón rojo, al que agarrarse cuando una persona dependiente se encuentra en casa. Un botón tras el que suena un equipo instalado, que hace compañía, cuida y también sirve como diálogo para muchas personas que viven solas. Ese concepto sencillo y útil de hace años se ha ido ampliando con la llamada teleasistencia avanzada, que aúna más de 3.000 dispositivos instalados en Castilla-La Mancha, 439 en la provincia, y que incluye además teleasistencia móvil, que sirve para mayores que realizan fuera de su domicilio el mismo trayecto diario, por ejemplo cuidar su huerto; teléfonos adaptados, para personas sordomudas, o esos collares que adaptan su botón a personas con dificultades de movilidad.

Gertrudis Parrilla tiene tres hijos, cinco nietos y tres bisnietos, una familia grande que tiene «tranquilidad» con esta serie de servicios, que monitorizan el día a día de Gertrudis, que es usuaria de los servicios de dependencia desde hace 14 años, cuando se quedó viuda y empezó con el collar, y desde hace unos meses de los dispositivos más avanzados. Todos los días sale a caminar y hace su día a día en su vivienda, como muestra de cómo estos equipos permiten alargar la estancia en el hogar al máximo, un objetivo del sistema de dependencia. De hecho, entre 2020 y 2022 ha aumentado un 29 por ciento la concesión de asistencia a programas de prevención y la teleasistencia en un 53 por ciento, triplicando el crecimiento que ha habido en el número de beneficiarios, un 18% en esos dos años.

Más que un botón rojo para la teleasistenciaMás que un botón rojo para la teleasistencia - Foto: Rueda VillaverdePor su parte, María Paz Molina, con sus 56 años, mantuvo los dispositivos cuando fallecieron sus padres, a los que cuidado, y se quedó sola en su domicilio. «Me siento más segura y últimamente no me dan tantos ataques de ansiedad», explica. Tiene a sus hermanas muy cerca y pueden acudir a verla en cualquier momento, pero con tocar un botón sabe que «hay gente detrás», que le pueden atender en menos de 24 horas. «Supone la seguridad de saber que están ahí, que no estoy sola».

La coordinadora de zona del servicio de teleasistencia, Alicia Serrano, recordó que la petición de estas instalaciones se puede realizar a través de la web de la Junta de Comunidades, encargada del servicio, y presentarla en cualquier sitio donde haya registro. «En un plazo de 10 o 15 días, señalando que todo está conforme, si así es, los técnicos se desplazan al hogar para el alta del servicio», para lo que solo es necesario tener una línea telefónica. El teléfono es la clave de este sistema que realiza agendas de seguimiento, se va llamando cada 15, 30 o 45 días, para preguntar cómo está la persona. Miguel Ángel Rodríguez, técnico de unidad móvil del servicio que gestiona la empresa Tunstall Televida, recordó que esta teleasistencia es «un complemento a la teleasistencia básica», mientras explicaba cada uno de los dispositivos. «En los pequeños municipios, la teleasistencia es un alivio, porque no hay tanto apoyo familiar o no están los hijos en la localidad», recuerdan los técnicos y apunta que son «como una familia».

DATOS DE DEPENDENCIA

El sistema de dependencia de Castilla-La Mancha recuperó a finales de 2022 las 22.000 solicitudes vigentes, con 22.897 al cierre del año, de las que sólo 383, apenas el 1,67 por ciento, estaban pendientes de valoración. Supone un incremento de 1.500 personas respecto a los datos de 2020, la última vez que se publicaron, y hay un punto menos de valoraciones pendientes.

Más que un botón rojo para la teleasistenciaMás que un botón rojo para la teleasistencia - Foto: Rueda VillaverdeEn total se han concedido 21.798 prestaciones del sistema de dependencia de la Junta de Comunidades, casi la mitad son teleasistencia, un 23,6 por ciento, y un 22,1, la ayuda a domicilio. El resto del sistema se reparte entre la atención residencial, la prestación económica para el pago de un servicio, la atención residencial y la ayuda para la prevención de la dependencia (PAPD), que suman casi otro 50 por ciento. El porcentaje restante son centros de día o de noche y una persona que cuenta con un asistente personal.

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María Paz Molina, en su vivienda, con el detector de gas en la pared de su cocina, y la medalla de la teleasistencia.
María Paz Molina, en su vivienda, con el detector de gas en la pared de su cocina, y la medalla de la teleasistencia. - Foto: Rueda Villaverde
Más que un botón rojo para la teleasistencia
Más que un botón rojo para la teleasistencia - Foto: Rueda Villaverde
Más que un botón rojo para la teleasistencia
Más que un botón rojo para la teleasistencia - Foto: Rueda Villaverde

Dentro de la teleasistencia hay 13.562 dispositivos instalados, de los que 439 son del tipo avanzado, esos dispositivos adicionales adaptados a las necesidades de cada persona usuaria, según el informe de resumen de la Junta. Hay 185 detectores de caídas, 19 de presencia o 26 de gas, lo que muestra cómo esta teleasistencia está creciendo.