Abrió la caja de los truenos Pedro Sánchez cuando aseguró que no mentía, sino que cambiaba de opinión, No le fue a la zaga María Guardiola con su firmeza al anunciar que de ninguna manera faltaría a su promesa de no presidir un gobierno con Vox y tragó después con el argumento de que su palabra no era tan importante como el futuro de los extremeños. No son los únicos políticos que aguantan la hemeroteca, estamos viendo contradicciones y cambio de rumbo en todos los partidos.
La campaña es hosca, tensa y decepcionante, porque los ideales quedan machacados por la ambición de poder: importan más los sillones que los principios, y aunque todos están dando ejemplo de priorizar sus intereses personales, el partido que se lleva la palma en exigir cargos es Vox. En sus negociaciones con Murcia, Extremadura, Aragón, Valencia y otras regiones en las que han tenido representación parlamentaria, han dedicado más tiempo a la exigencia de consejerías que a introducir en el texto de acuerdo varias algunas de sus principales banderas ideológicas y sociales.
Veremos qué ocurre el día 23, pero hasta el momento los sondeos indican que Yolanda Díaz no pita, no va a arrollar como pretendía, y eso que ha creado un conglomerado de 15 partidos. Las cuentas de escaños no las puede hacer en función de los que tuvo Podemos, sino Podemos con Más País, Compromis, los Comunes, Equo y un largo etcétera de regionalistas. Se queja el entorno de Yolanda que Podemos no da un palo al agua en la campaña, pero es lógico que no lo dé. ¿Ha tratado bien a Podemos? ¿Por qué no reconoce que ha vetado a Irene Montero, en lugar de hablar de pájaros y flores cuando los periodistas le preguntan por su compañera de gobierno y, se suponía, amiga?
Para los acompañantes de la líder de Sumar no debe ser fácil hacer campaña, porque la vicepresidenta se corrige a sí misma cada vez que abre la boca. Primero, derecho de los catalanes a un referéndum, ahora ya no quiere ni mentarlo. Más la historia de los 20 mil euros para jóvenes que han cuestionado hasta los economistas de su cuerda. Basar su campaña en el diálogo y la negociación como la solución a todos los males es una propuesta de quinceañeros, con todo respeto a los quinceañeros, que los hay con más cabeza que la vicepresidenta.
Algún día tendremos políticos que medirán sus palabras antes de abrir la boca, que reflexionarán sobre las consecuencias de sus promesas, que no tendrán complejo en demostrar su patriotismo, que no es un sentimiento de la derecha sino de cualquier ciudadano del mundo que quiera a su país. Hubo un tiempo en España en el que ejemplos de patriotismo se veían a diario en todos los partidos. Ahora ,,, ahora, más vale que el 23-J nos salve de oportunistas que solo buscan poder.