Desde la dimensión del amor

M. E:
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El poeta Ilia Galán, colaborador de 'La Tribuna', lleva sus versos y reflexiones vitales al Museo López Villaseñor, inaugurando la programación de junio del Grupo Literario Guadiana

Ilia Galán, durante su intervención junto a Teresa Sánchez, presidenta del Grupo Literario Guadiana. - Foto: Tomás Fernández de Moya

Abrir los oídos, cerrar los ojos y dejarse llevar por el corazón. La receta para los asistentes al patio del Museo López Villaseñor era bien sencilla, y el que la respetó pudo disfrutar de más de una hora flotando en otra dimensión, abstraído del ruido terrenal y dándole al espíritu un necesario descanso para su regeneración. Ésta era la intención de Ilia Galán, invitado de lujo del Grupo Literario Guadiana y el encargado de inaugurar su intenso mes de junio de actividades.  

Galán, poeta y enamorado de la poesía, es profesor titular de la Universidad Carlos III de Madrid y profesor invitado de universidades del prestigio como las de Oxford, Harvard, la Sorbona o la New York University, además de colaborador con distintos medios de comunicación, entre ellos El País y el periódico La Tribuna. De hecho, sus comienzos en prensa fueron en La Tribuna de Puertollano, a mediados de los años 90. Desde entonces es colaborador del grupo editorial Promecal. De su pluma han nacido obras de teatro, novelas y ensayos -que es lo que le da de comer, como él reconoce-, pero con el género con el que se siente plenamente identificado es con la poesía.

Este martes leía varios de sus versos ante un auditorio que también disfrutó de la guitarra de Andrés Sánchez. El resultado fue una exquisita velada en la que la poesía de este burgalés se erigió como la gran protagonista, siendo el vehículo ideal para que los asistentes realizaran esa huida de lo terrenal gracias a la esencia mística y religiosa de sus poemas.

Parte del público asistente al encuentro con Ilia Galán.Parte del público asistente al encuentro con Ilia Galán. - Foto: Tomás Fernández de MoyaSu poesía, resume Ilia Galán, plantea «un salto a otra dimensión y mirar con ojos de ángel durante un rato para tener otra perspectiva, para después bajar y seguir caminando con otro sabor en los labios del alma». Una aconsejable abstracción en estos tiempos de guerras, de mentiras, de confusión, de tecnología desmesurada, de confrontación con «palabras que hieren». Ante ello, Galán propone «el amor al otro, a Dios y al universo»,  y también abrazar a «la religión bien entendida, de un modo abierta y positiva», para evitar el «declive ideológico y de fe» en el que está sumido occidente, donde «todos somos miopes».

 «Ahora las lentes se centran en lo que hay aquí, en lo que puedo agarrar con la mano, pero nos falta el allí, el horizonte. Nuestra sociedad está centrada en el ombligo, en el sexo, en la comida y en pasarlo bien, pero llega un momento en el que gozar nos sacia. El mundo del solo placer no basta y al final provoca amargura, vacío y frustración», reflexiona Galán, que utiliza su poesía para reflexionar en aspectos de la vida donde las palabras no llegan a hacerlo.