"Hace cuarenta años nadie creía en las mujeres rurales"

Ana Pobes
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Quintanilla asevera que Afammer es "una organización seria que ha logrado que las mujeres rurales sean protagonistas de su propia historia"

Carmen Quintanilla, presidenta nacional de Afammer - Foto: Rueda Villaverde

Su lucha por la igualdad en el mundo rural le llevó a crear  en 1982 Afammer. Organización que forman más de 195.000 mujeres y que puso a Ciudad Real en el mapa en el primer congreso internacional dando voz a las mujeres rurales, un congreso celebrado en 2015. Mañana y pasado Afammer celebra en Madrid el tercer congreso internacional en el que se conmemora los 40 años de vida de la organización con ponentes de todo el mundo.  

Afammer celebra sus 40 años. ¿Qué destaca de esta amplia trayectoria?
En aquel momento las mujeres rurales éramos invisibles a la sociedad y con muy pocas posibilidades de establecer el liderazgo. Cuando nació Afammer, hablar de derechos humanos era una utopía y la palabra igualdad no existía en el vocabulario de las mujeres rurales, ni siquiera en el de las mujeres del medio urbano. En estos cuarenta años hemos transformado los pueblos de España, hemos puesto de moda ser de pueblo y hemos roto la invisibilidad de las mujeres rurales. Y hoy nos hemos acreditado como la mayor organización de mujeres rurales de España y de la comunidad internacional, por lo tanto, destaco que la lucha, el trabajo, el esfuerzo y el sacrificio al final dan sus frutos. En estos momentos solo puedo decir gracias a las miles de mujeres que me han seguido, y gracias también a mi familia, que entendió que un sueño se puede hacer realidad.

¿Qué distingue a Afammer de otras asociaciones de mujeres rurales?
Que fuimos pioneras, pues hace cuarenta años nadie creía en las mujeres rurales. Algunas veces me dicen que soy la organización conservadora, pero abrir la puerta a miles de mujeres rurales hace cuarenta años creo que no tiene apellido, ni de conservadora ni de progresista. Es el compromiso de una mujer que cree en los derechos humanos y en la igualdad de oportunidades. A lo largo de su trayectoria, Afammer ha demostrado que es una organización seria, creíble y trabajadora que ha puesto en marcha grandes proyectos que han hecho posible que hoy las mujeres rurales sean protagonistas de su propia historia. El resto de las organizaciones tienen los mismos objetivos y fines que tiene Afammer, por lo que al final cada una de ellas es una copia de lo que hice en el año 1982. Sueño con que algún día mis dos nietas hablen de que su abuela abrió la puerta a la igualdad de las mujeres rurales.

¿Cómo ha contribuido Afammer a conseguir esa igualdad?
Fue la organización que hizo la primera carta de igualdad de oportunidades para las mujeres rurales en el año 1994. Habían pasado catorce años y ya teníamos una presencia muy importante en las instituciones españolas. Fuimos la organización que participó, acreditada por las Naciones Unidas, en la cuarta conferencia mundial de las mujeres en Pekín, donde allí exigimos que hubiera dedicado un día a las mujeres rurales, y hoy es una realidad. Desde hace 25 años, Afammer forma parte de la comisión jurídica y social de la mujer con presencia activa en las asambleas generales que se celebran todos los años en Naciones Unidas para analizar el avance que han hecho los gobiernos en materia de igualdad, y nosotros tenemos voz como organización. Formamos parte de más de quince organismos internacionales con voz y voto y hemos formado a más de 200.000 mujeres de toda España, y muchas de ellas hoy lideran muchos negocios. Afammer es hoy un referente de la igualdad de oportunidades de las mujeres rurales de España y de la comunidad internacional, por eso en nuestro congreso estarán ponentes de todo el mundo porque somos una organización con credibilidad en el mundo. Así, por ejemplo, estarán, entre otras muchas autoridades, Marcela Villareal, directora general de la División de Alianzas FAO; Mariama Adamou, diputada de Níger y relatora de la Comisión Desarrollo Rural de la Asamblea Nacional de Níger o Sonia Garza, presidenta nacional de la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa.

A pesar de los esfuerzos, la brecha salarial todavía existe...  
Durante todos estos años, hemos hecho muchas cosas, pero no está todo conseguido. Tenemos la tragedia del reto demográfico, y hoy hay mil pueblos de España en los que no hay un solo niño de cero a cuatro años, lo que significa que esos pueblos van a desaparecer porque no hay mujeres ni emprendimiento de mujeres jóvenes. Hoy tenemos brecha digital y salarial, y tenemos que conseguir romper definitivamente esa brecha para que tanto la mujer como el hombre en el mismo puesto de trabajo tengan el mismo sueldo.  

El desafío más importante es el de la violencia de género. ¿Qué opina de la ley del 'solo sí es sí'?
Es una ley que se establece en base a una ideología. No es una ley punitiva, y eso nos ha llevado a que en estos momentos haya 44 pederastas, violadores y agresores sexuales con revisión de pena, y trece de ellos están en la calle. Me parece una tragedia, no solamente para las mujeres que han sufrido esa violencia, sino para el futuro de muchas mujeres de España. La propia ministra debería de reconocer que hay un error en esa ley y modificarla. Rectificar es de sabios.

¿Qué políticas hacen falta para erradicar la violencia de género?
Sueño con que algún día esta lacra social desaparezca de la vida de las mujeres, pero también que desaparezca la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, la prostitución y las agresiones sexuales y que seamos capaces de vivir en una sociedad que se respete a sí misma. Para ello, para respetar la identidad de lo masculino y de lo femenino,  es fundamental la educación. Por eso, este año hemos creado, dentro de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, un curso monográfico con créditos a los alumnos sobre violencia de género. Además, Afammer implantó, hace ahora unos seis años,  la Oficina de Asistencia Integral a las Mujeres de Violencia de Género por la que han pasado 3.576 mujeres.

La Ley de Titularidad Compartida, ¿qué ventajas tiene?  
Es una ley que por primera vez reconoce derechos sociales, laborales y fiscales. En definitiva, reconoce los derechos de esas mujeres que en muchas ocasiones son vitales como colaboradoras en las explotaciones agrarias. Pero la ley nace en un momento de crisis económica, con falta de impulso político y con falta de formación e información, y de entre las 60.000 y 70.000 mujeres que pensábamos que iban a ser dadas de alta como cotitulares, por desgracia nos hemos quedado en la cifra de 1.059. Desde Afammer intentamos dar información a las mujeres para que tengan un conocimiento específico de las ventajas que esta ley tiene para ellas y para su familia.

Afammer celebra mañana y pasado un congreso internacional en Madrid. ¿Por qué son importantes estos foros?

En primer lugar, porque haremos un llamamiento al mundo de que hablar de mujeres rurales es hablar del futuro de los pueblos y que en nuestras manos está la seguridad alimentaria, la biodiversidad y el mantenimiento de nuestro patrimonio histórico, artístico y gastronómico. Y en segundo lugar, porque quiero decirle al mundo que una organización como Afammer cumple cuarenta años sin una crisis dentro de sus estructuras y que hemos crecido día a día porque hemos creído, por encima de todo, en que las mujeres rurales somos capaces de construir nuestra propia historia.