Alejandro Ruiz

EL REPLICANTE

Alejandro Ruiz


Machacando a Bruce Lee

28/12/2023

El golpe de Estado que llevó a Hitler al poder vino a representar el primer modelo posmoderno de golpe que rompía con la tradición decimonónica de sacar tropas insurrectas a la calle. Hitler, elegido democráticamente en las elecciones de 1932 y constituyendo la minoría mayoritaria del Reichstag, consigue socavar el sistema desde dentro. Así nos lo explicó hace muchos años mi profesor de derecho constitucional en Salamanca, Jesús Esperabé de Arteaga, en una de las clases magistrales que solía darnos: «Y por esta brecha se cuela en 1933 un personaje nefasto que está en la mente de todos ustedes», nos dijo literalmente. Se refería al artículo 48 de la Constitución de Weimar que permitía declarar un estado de excepción y dar plenos poderes al Canciller suspendiendo el orden constitucional. Así, desde la legalidad constitucional, mediante la Ley habilitante del 24 de marzo de 1933 se cedió todo el poder legislativo a Adolf Hitler, quebrando la separación de poderes de la República de Weimar con las consecuencias históricas que todos conocemos. 
Desde esa experiencia histórica valórese también la similitud con el régimen fundado por Hugo Chávez en Venezuela, consiguiendo el poder absoluto desde la apariencia legal y después de ganar las elecciones, lo que nos marca la importancia de estar alerta ante cualquier atisbo, en mayor o menor grado y salvando las distancias temporales y locales, de la pérdida paulatina de nuestro nivel de democracia, sobre todo a la vista de momentos puntuales de estados de alarma o de excepción, como los de la pandemia, declarados inconstitucionales, el abuso desmedido del decreto-ley, o los conflictos que vivimos actualmente entre el Gobierno y la Judicatura a cuenta de la proposición de la eufemísticamente denominada 'Ley Orgánica de amnistía para la normalización institucional, política y social en Cataluña', y las consecuencias que puede acarrear la actual desvinculación de la política con los más elementales principios éticos y morales. 
Sobre esta última alusión, donde me he permitido buscar similitudes entre Hitler, el chavismo y el sanchismo, entrando ya en el ámbito de lo cinematográfico, tengo que decir que los personajes y hechos retratados en este artículo son completamente ficticios y que cualquier parecido con personas verdaderas, vivas o muertas, o con hechos reales es pura coincidencia. Que se lo digan a Quentin Tarantino en 'Malditos bastardos', que tiene el poder de cambiar la Historia, de encerrar a toda la cúpula nazi en un cine y quemarlos vivos en venganza por sus fechorías. O la venganza racial de 'Django desencadenado' contra los brutales dueños de las plantaciones sudistas de Estados Unidos. 
Sin prejuicios, Tarantino es capaz de conseguirlo todo. Consigue, ni más ni menos, que Cliff Booth, que es Brad Pitt, le pegue una paliza al mismísimo Bruce Lee en 'Érase una vez en Hollywood'. 
En ello estamos, dándole una paliza a Bruce Lee.