La borrasca Efraín, que ha dejado abundantes lluvias en la provincia y provocado inundaciones en algunas zonas, ha hecho que «la situación cambie de manera radical» y que se haya registrado «un cambio importante de tendencia», en palabras del presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), Samuel Moraleda, quien en declaraciones a La Tribuna recordó que «llevábamos mucho tiempo con precipitaciones muy escasas», de manera que las lluvias han cambiado la cara de arroyos, ríos y de algunos embalses.
Es el caso, dijo, de Torre de Abraham, que ha ganado alrededor de nueve hectómetros cúbicos, de forma que ha pasado de estar al 6% de su capacidad a situarse por encima del 10%. «Es una subida muy importante para un solo día», resaltó.
También el embalse de Gasset comenzó en la madrugada del miércoles a recibir aportes del canal de alimentación del río Bañuelos y del Becea, por lo que Moraleda destacó que ha subido medio hectómetro. En este caso, si bien el martes por la tarde contaba con 8,74 hectómetros cúbicos, ayer ya superaba los 9 hectómetros.
No ha ocurrido lo mismo en embalses que estaban, y siguen estando, muy necesitados de agua. Se trata del Vega del Jabalón, casi sin recursos hídricos desde hace meses, o de La Cabezuela, que apenas almacenaba reservas. «Ha sido prácticamente inapreciable» el aporte de las lluvias, dijo el presidente de la CHG, quien comentó que hay que esperar a la evolución de las precipitaciones para comprobar también cómo responden embalses como el de Puerto de Navahermoso, «que ha registrado una pequeña subida», o el de Peñarroya, ligado a las Lagunas de Ruidera y que también «ha subido un poco». En el resto de presas de la provincia sin embargo la recarga ha sido «poco significativa».
Sin embargo, Moraleda celebró que si bien «la dinámica era muy negativa, como sucedía en Torre de Abraham y el Gasset, que estaban perdiendo recursos», ahora se ha conseguido revertir y «al menos no perder», por lo que se ha pasado de 60 hectómetros cúbicos acumulados en las presas del Alto Guadiana a 71. «No está nada mal en tan poco tiempo», apostilló.
Por lo que respecta a los regadíos con aguas subterráneas, defendió que el mantenimiento de las limitaciones de agua para riego se debe a la bajada de las reservas de los acuíferos que han sufrido en los últimos años, si bien subrayó su intención de revertir los recortes y situar las dotaciones al nivel previo a 2019 en el caso de que las lluvias mejorasen el estado de las aguas subterráneas.
En este caso comentó que todavía es «muy pronto para hablar de recarga» de los acuíferos, para lo que habría que esperar a la evolución meteorológica.