Cándido Da Costa

Cándido Da Costa


Derogar el 'Arrollismo'

17/07/2023

El consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural se ha despedido. Francisco Martínez Arroyo, se va, se ha ido. El presidente de Castilla-La Mancha ha preferido a otra persona para gestionar esta cartera tan importante y tan complicada, que afecta a un sector tan poderoso y que despierta tantos intereses.

El propio consejero publicaba la noticia el domingo de la semana pasada: "Esta mañana el presidente Emiliano García-Page Sánchez me ha comunicado que no cuenta conmigo para esta nueva etapa. Quiero agradecerle su confianza en estos últimos ocho años, en los que he disfrutado trabajando por Castilla-La Mancha, sus agricultores y ganaderos y, en definitiva, por todos nuestros pueblos. Me siento muy orgulloso del trabajo de un equipo inigualable y de los logros alcanzados entre todos en estos años; en el sector agroalimentario, en el medio ambiente, en el agua y en el desarrollo rural. Gracias infinitas a todos los que me habéis acompañado hasta aquí. Ha sido un honor". Con este breve mensaje publicado en las redes sociales se despedía de su gente este solanero que se hizo cargo de la Consejería conociendo el diagnóstico del sector desde su etapa como director general de Producción Agropecuaria en los tiempos de José Luis Martínez Guijarro, bajo el mandato de José María Barreda.

Su bagaje como figura política en los gobiernos de Castilla-La Mancha y como responsable técnico en su labor de ingeniero Agrónomo del Ministerio de Agricultura le ha proporcionado la suficiente solvencia para acometer todas las actuaciones necesarias para el sector agroalimentario y para el desarrollo de la población rural.

Quedan como botón de muestra iniciativas como el Estatuto de la Mujer rural, la creación de la cooperativa rural, la venta directa de productos desde las explotaciones, las actuaciones en el relevo generacional, la creación del Observatorio de los Precios, el fomento de la creación de la Federación Regional de Regantes, la creación de la marca de alimentos Campo y Alma, la escuela de pastores y algunas actuaciones más que se me quedan en el tintero por falta de espacio. Toda una serie de herramientas para la ´sostenibilidad' de nuestros pueblos.

Hace exactamente un mes, el 17 de junio, el propio Martínez Arroyo publicaba en su blog 'Rural Siglo 21', un post titulado "Notas para la Agricultura Familiar en Castilla-La Mancha" en el que señalaba que nuestra región "es la comunidad autónoma en la que el peso del sector en la economía es más alto, más del 18% del PIB. Y el crecimiento se muestra imparable, teniendo en cuenta que hace apenas 8 años, su contribución a la riqueza regional era de un 12%". Datos de los que se ha hecho eco su sustituto, Julián Martínez Lizán, precisamente en su toma de posesión y que expone como su punto de partida.

Seguramente que la ley de agricultura familiar, última actuación de Francisco Martínez Arroyo, ha sido la gota que ha colmado el vaso a tenor de las reacciones contrarias provocadas por el miedo a que la Administración pueda expropiar tierras a aquellos dueños que no les saquen producción. Y es que con Martínez Arroyo se puede estar de acuerdo o no con su manera de entender el desarrollo en el ámbito rural, pero no se le puede tachar de no trabajar los domingos o de desconocer de lo que habla.

Cuando se hizo cargo de la cartera, hace ocho años, el sector primario y agroalimentario solo interesaba a los agricultores y ganaderos y a las cooperativas. Cualquier actividad, cualquier acontecimiento que lo tuviera de protagonista no tenía trascendencia, ni siquiera las tractoradas tenían la repercusión lógica que puede tener la protesta en otro sector. Y eso que del trabajo del campo depende nuestra alimentación. Pues bien, hoy, junto a la gente del campo compartiendo intereses, encontramos a representantes de las grandes distribuciones y de los consumidores. Hoy, en Castilla-La Mancha, hablar del campo es hablar de marcas de calidad, de cebollas de La Mancha, de nueces de Nerpio, de vino del Campo de Calatrava y un largo etcétera, que sitúa al sector primario de la región a la misma altura que el Patrimonio de la Humanidad de la Dieta Mediterránea o los Broches Gastronómicos del Medio Rural que concede la Academia de Gastronomía. La boina se ha hecho respetar.

Todo esto y algo más ha llevado el sello de la Consejería de Agricultura de los últimos años en los que Francisco Martínez Arroyo siempre ha estado al lado o enfrente, pero nunca lejos ni despistado… Es bueno tener políticos solventes y con criterio en las instituciones, pero cuando se vienen arriba, hay consecuencias… en este caso, derogar el 'Arrollismo'.