Saturnino Palomares, memoria para un libro

Diego Farto
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El empresario de la construcción presentará el sábado en el Hotel Santa Cecilia su obra 'Anécdotas y recuerdos de una vida', en la que repasa sus proyectos y sus vicisitudes

Saturnino Palomares, junto a su esposa, muestra el libro que ha escrito desde sus recuerdos. - Foto: Rueda Villaverde

l empresario Saturnino Palomares tiene una memoria de las que hacen época y que en su caso le ha llevado a escribir un libro, Anécdotas y recuerdos de una vida, subtitulado Siete partes y una carta que me recordarán por siempre mi ventura. La obra se presentará este sábado en un acto en el Hotel Santa Cecilia de la capital a partir de las 18.00 horas.

En una conversación con La Tribuna, el constructor reconoció que escribió este libro sin la ayuda de un diario o de unas simples notas, «no tenía nada, solamente mi memoria y nada más», aunque el impulso para ponerse a escribir llegó de su esposa (Julia) y sus hijos (Lourdes, Lauri y Diego), que le recordaban los altibajos de su vida.

«La verdad es que me creía incapaz de poderlo hacer, pero como he sido un hombre muy tesonero, de los que ha pensado siempre que si una persona desea hacer algo y quiere hacerlo, lo hace, lo ha demostrado a Dios, porque la verdad es que yo no soy escritor», reflexiona sobre este empeño.

Palomares recuerda que empezó a trabajar de albañil con 12 años, en su Malagón natal, lo que le lleva a subrayar que «todo lo que he aprendido ha sido lo que la vida me ha ido enseñando en las obras».

El constructor enseguida deriva sus evocaciones a los edificios que construyó durante su carrera profesional. «Lo último que hice fue el edificio de De los Reyes, antes de jubilarme, después de la residencia de Santo Ángel en la carretera de Toledo, la guardería infantil de las monjitas, la iglesia de San José Obrero...», y aún le da la memoria para enumerar una larga lista de propietarios para los que levantó chalés familiares.

Sus recuerdos le llevan también a su etapa en Madrid, «casi seis años estando soltero y allí me llevaron a la ruina dos veces y aquí me pillaron en el aeropuerto también», resume sobre la parte negativa de su experiencia, la que le recuerda los proyectos a los que estuvo ligado y las personas y empresas que le fallaron.

Sin embargo, persistió en la idea de ser empresario. «No quería estar tapando goteras en mi pueblo toda la vida, no quería ser asalariado, sino quería ser empresario», reconoce sobre lo que le impulsó a perseverar en sus proyectos, ahora ya en Ciudad Real.

Otra faceta notable de Saturnino Palomares fue la de fundador  y dirigente de organizaciones empresariales. «Fui cofundador de la Asociación Provincial de Empresarios de la Construcción, la APEC, cofundador de la CEOE-Cepyme, dos meses o tres después; he sido presidente de la Asociación de la Construcción ocho años, vicepresidente primero de la Confederación siete años, vicepresidente primero de la Cámara de Comercio otros siete o ocho años, he estado toda mi vida en la organización de empresarios aparte de tener mis empresas, que eran las que tenía que atender», resume.

Con ello, Palomares confiesa que consiguió ganar una visibilidad que hasta entonces no tenía, darse a conocer y que le llegaran proyectos, luego ya fue cuestión de «hacer las cosas bien».