Manuel López Camarena

El Yelmo de Mambrino

Manuel López Camarena


¿Está mutando García-Page ante un posible ocaso?

18/05/2023

Aunque no queramos asumir el nuevo Emiliano García-Page que nos está terminando de salir en estos últimos dos o tres años, hay que aceptar que el presidente castellanomanchego ha cambiado y que ha marcado distancia con el Emiliano que llegó a Fuensalida, handicapado por los dos notables presidentes, Bono y Barreda -populista uno, intelectual el otro- que le habían precedido. El nuevo Emiliano, el nuevo alto representante del PSOE en Castilla-La Mancha, no sólo ha mostrado, y marcado, distancia con su superior jerárquico, Pedro Sánchez, sino que expresa su nueva identidad y actitud con decidida libertad y llamativo desparpajo, lo que si bien es bueno para conectar con las gentes, todas, a las que cada político, y aún cada, v. g. bodeguero, se deben, puede terminar acarreando problemas, mayores o menores según sea el ego del superior jerárquico del que se trate y lo que le vaya en el sueldo. Pero no era de este Emiliano del que quería escribir unas líneas ahora que, dicen algunos, parece que podría irse de esto, sino del Emiliano García-Page que apareció ayer en una televisión, y que, en aparente plan etéreo y también con la frente rosada fuerte como si febril fuese su estado, nos hizo a todos unas para mí sorprendentes revelaciones de temas que bien podrían tocar a sus hijos. No quiero decirles, cómo reaccionaron algunas cadenas televisivas a través de algunos de sus programas, dado que el asunto se apoyaba en asuntos relacionados con asentimientos de esos íntimos. Sorprendió Emiliano, es verdad, pero no sé si para bien o para mal. Lo cierto es que, últimamente, hemos conocido un nuevo personaje, aunque pudiese haber algo de cierto en que, según algunos ¿politólogos?, todo el enfrentamiento con Pedro Sánchez, no es sino una estrategia, ante los miedos del PSOE de perder, también, Castilla-La Mancha, lo que de ser cierto, sólo se podría combatir, a estas alturas, con un acercamiento del presidente castellanomanchego al ala más liberal, por decirlo de alguna manera, del electorado popular y ciudadano. Sea como fuere, una buena parte de Castilla-La Mancha debe estar contenta con este presidente que, casi con descaro, se ha volcado en la promoción de esa parte. La otra, encabezada por nosotros, los ciudadrealeños, tenemos mucho que reprocharle, aunque en la tele de antier, nos sorprendiese y hasta casi nos hiciese gracia. 
La sequía sigue su curso imparable. No llueve y la tierra no tiene ya humedad que evaporar. Pese a ello, pese a la amenaza que ya ha descargado sobre buena parte de España y lo que, al parecer, va a seguir descargando, calor y ruina, no se ve que las administraciones hayan puesto en marcha ni gabinetes de crisis, ni falsos hoyos para jugar al guá y coger agua y ni siquiera un gigantesco pedido de cantimploras para que Pedro, con la ridícula historia -¡hay que tener cuajo y poco respeto a la ciudadanía!- del cine de los martes a dos euros, nos regale una a cada español, incluidos sus amigos de Bildu. El tema es tan serio que quizás sea mejor acercar y/o traer icebergs del tamaño de Francia, pongo por ejemplo, para aprovechar su deshielo. ¡Dios nos coja a todos confesados!