Remando a contracorriente contra la burbujeante y arrolladora popularidad de otros compañeros y la expectación que siempre crean las caras nuevas, Fede Valverde fue el protagonista inesperado en el primer amistoso del Real Madrid. El 'Pajarito' anotó dos goles en la remontada ante el Milan (de 2-0 a 2-3) y arrancó la pretemporada con aire reivindicativo, reclamando un sitio donde no lo hay. O eso es lo que le han dibujado…
Carlo Ancelotti nunca ha ocultado sus sentimientos: mientras tenga piernas y ánimo, los ilustres representantes de la 'vieja guardia' (Kroos y Modric) serán «titularísimos», palabra que primero empleó Zidane y después abrazó como herencia el italiano. Con la salida de Casemiro -el tercer «titularísimo» de la ecuación-, con la inversión de casi 120 millones de euros en Camavinga y Tchouaméni, con la llegada de Jude Bellingham al mediocampo y con la explosión definitiva de Rodrygo en la banda derecha, el hueco para Valverde es cada vez más limitado.
Sin embargo, el sudamericano no pierde la esperanza de hallarlo. El valor añadido del 'MVP' del estreno merengue es su madera de líder y la pasión con la que juega cada minuto, sean amistosos de pretemporada o finales de Champions. Con 25 años recién cumplidos, su declaración de intenciones en el Rose Bowl de Pasadena (dos goles y una recuperación clave en el 3-2) intentará reinventarse para disponer de todos los minutos posibles en la 23/24.
El arranque
A pesar de ser un técnico de ideas bastante fijas, el técnico italiano no pierde de vista el arranque de la pasada 22/23, cuando Valverde competía con Vinícius y con el mismísimo Lewandowski por ser el jugador más destacado del campeonato. El entrenador de sobra sabe que Fede es garantía de ritmo, intensidad y verticalidad, valores con un peso impagable en el primer tercio de la temporada. Yes que los preparadores diseñan las campañas intentando que los picos de forma coincidan con las fechas clave (febrero-marzo en el caso de Pintus y los blancos) y futbolistas como el 'charrúa' ayudan a mantener el tipo en los inicios.
Antes del parón por el Mundial, el cuadro blanco vivió agarrado a Vinícius y Valverde. El brasileño consolidaba su estatus de figura mundial con desborde y gol y el uruguayo, el de bestia competitiva, con uno de los disparos más letales del planeta: abrió el marcador en tres ocasiones, sentenció duelos de enorme trascendencia como el derbi madrileño (firmó el 1-2 definitivo) para llevar los tres puntos al Bernabéu, anotó el segundo de los tres (3-1) al Barça… En los primeros 21 partidos de la temporada fue titular en 18, fue titular en 16 y completó los 90 minutos en 11 de ellos. El balance previo a Qatar'22: ocho goles y cinco asistencias.
Bajón y polémica
Todo fue distinto en los otros 35 encuentros que le quedaban al Real Madrid en la 22/23: Fede Valverde llegó del Mundial con el fiasco de Uruguay bajo el brazo (eliminados en primera ronda con dos derrotas y un empate) y dio continuidad a su decepción en su club, mostrándose como un jugador nervioso, con mucho menos impacto sobre el juego de la escuadra y con el 'visor' de su disparo desviado. Cuatro goles y dos asistencias. Ese fue el pobre balance.
Al bajón de rendimiento se le sumó el puñetazo que el futbolista propició a Álex Baena (Villarreal) el pasado 8 de abril, un incidente sucedido en el aparcamiento del Santiago Bernabéu junto al autobús del equipo castellonense. Baena le denunció ante la Policía y el juez instructor del caso propuso una sanción de cinco partidos al uruguayo, castigo que afectaría precisamente a ese comienzo de Liga en que quiere convertirse en el jugador diferencial que fue el curso pasado. Finalmente, no caerá sanción alguna sobre él.