Una sombra contra el veneno en el campo

Hilario L. Muñoz
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Sombra es la única integrante de la unidad canina del Cuerpo de Agentes Medioambientales con una labor que es clave para encontrar animales que han muerto por prácticas prohibidas

Una sombra contra el veneno en el campo - Foto: Rueda Villaverde

Su nombre no podía ser más simbólico, Sombra, como un ente que persigue a los delincuentes. Desde hace tres años y medio, Sombra es la primera y única integrante de la unidad canina de los agentes medioambientales en la provincia de Ciudad Real, una pastora belga adiestrada para encontrar cadáveres en el campo y que colabora con la unidad especializada de lucha contra el veneno (Unive) en su labor. Pedro Delgado es el agente a su cargo, con quien trabaja y convive, reside en su casa, como un miembro más de la familia, tras pasar años entrenándola, con el objetivo de que localice los cadáveres en aquellos sitios donde no puedan verla. Su entrenamiento es «de obediencia, del rechazo de alimento, y asociación de olores a través del juego», con la intención de ser un elemento clave en dar con venenos o cadáveres ocultos en el campo.

La labor de Sombra implica el rastreo, llamar la atención de los agentes cuando encuentre carne o un cadáver, bien con ladridos o parándose, y lograr su premio, que es jugar con un juguete. «Mis cinco sentidos están en ella», ante la posibilidad de que el veneno reaccione al tacto, uno de los peligros para Sombra.

El año pasado intervino en 32 actuaciones en casos de veneno, seis fueron positivos, y se localizó a siete individuos amenazados, además de a cinco animales domésticos. Esta es una de las claves, ya que el veneno no solo afecta a animales salvajes, sino que hay también intervenciones en la ciudad. El agente medioambiental Carlos Espadas recuerda que hay tres motivaciones para el uso del veneno, uno de ellos es el cinegético, para «eliminar depredadores en el campo», luego está el ganadero, por el mismo motivo, con el objetivo de que zorros, por ejemplo, no ataquen al ganado en época de patos y, por último, se emplea veneno contra «las mascotas molestas», una práctica que «cada vez se está extendiendo más», señalan los agentes. En los tres el uso es peligroso porque «las especies que al final mueren no son las especies que el envenenador quiere». Por ejemplo, una persona usa veneno contra una colonia de gatos urbanos y su actuación puede convertirse en «un daño ambiental muy grande» cuando un buitre u otra especie coma un animal envenenado.

Una sombra contra el veneno en el campoUna sombra contra el veneno en el campo - Foto: Rueda VillaverdeMás allá del veneno, Sombra ha empezado a trabajar en otras investigaciones, como los cadáveres por choques con tendidos eléctricos o palas de aerogeneradores, donde el animal puede encontrarse a varios metros de la zona a investigar.

Con la unidad canina se trabaja en dos ámbitos, con un trabajo preventivo, llevándola a zonas donde es posible que se haya empleado veneno, y luego se actúa con rapidez, cuando ha aparecido un animal envenenado en alguna zona, paa saber de dónde parte el veneno. Buena parte de la labor de Sombra, y de la Unive, se basa en las llamadas de personas que encuentran cadáveres en el campo. «Cuanto antes vayas, más posibilidad hay de encontrar el escenario completo», ya que veces el animal ha podido recorrer varios kilómetros hasta su muerte .

Un aspecto clave, recuerda el agente medioambiental Rubén García, es la toma de muestras, del control de los animales encontrados en el campo, para evitar contaminación, sellando y tomando imágenes de cada parte del proceso, hasta saber la causa y poder presentar un caso por envenenamiento. El objetivo es que «no haya ninguna posibilidad de invalidar la recogida del cadáver, ni de las pruebas», con bolsas de forense y números y fotografías que marcan dónde se recogieron. Tras esa labor de investigación interviene Sombra, buscando más cadáveres y más pruebas que pueda haber y que no están visibles. Su olfato y su entrenamiento amplían el campo de visión de los agentes. «Tener el perro nos ha permitido hacer más inspecciones», sobre todo en el apartado preventivo. «El perro, al final, lo que te permite es encontrar cosas que están ocultas», con un olfato que llega hasta los 100 metros.

Una sombra contra el veneno en el campoUna sombra contra el veneno en el campo - Foto: Rueda Villaverde«Lo normal es revisar sitios donde ya ha habido casos, que hay antecedentes», apunta Espadas, y, luego, aquellos sitios donde «ha habido conflictos antes con predadores», bien de tipo cinegético o ganadero, donde pueden emplearse venenos. Por último, se indaga ante casos en la ciudad, donde la vigilancia de Sombra es clave, porque no solo se emplean venenos, también carne con clavos o sustancias que podrían afectar a un integrante, «insustituible» del cuerpo medioambiental. 

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