La Feria de Mayo es tradición y está llena de recuerdos en blanco y negro. Las fotografías de José Rueda Mozos nos suben al DeLorean para hacer un viaje en el tiempo y regresar a las décadas de los 50, 60 y 70 del pasado siglo, cuando el recinto ferial se extendía a lo largo del Paseo de San Gregorio y del Paseo del Bosque, hoy en obras.

En las tradicionales casetas, instaladas al lado de la Fuente Agria, no faltaban las orquestas de música; tampoco los desfiles de majorettes a lo largo del Paseo de San Gregorio y las atracciones, en el tramo más próximo a la iglesia de la Virgen de Gracia.

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El desaparecido Gran Teatro era también un punto de encuentro para los puertollaneros, con la proclamación de la reina y las damas y la celebración de festivales musicales.