La relación que une al Ayuntamiento de Puertollano y a la empresa de servicios medioambientales Cespa encara este final de año los días más cruciales desde que ambos unieran sus caminos allá por 1990. Durante las últimas semanas, los pormenores económicos de un contrato de adjudicación de una cuantía millonaria han colocado a las partes en las antípodas del entendimiento, justo en el momento en el que menos se podía sospechar, toda vez que el plan de proveedores había satisfecho una deuda municipal con la compañía en torno a los trece millones de euros. Con la cuenta a cero y un contrato que liga a las partes hasta 2020, la formulación del pago ha puesto en el alero la prestación de un servicio básico para la localidad industrial.
El primer paso en dirección contraria entre las partes se produjo en el mes de agosto. Fue entonces cuando Cespa comunicó por escrito al Consistorio «su derecho a no prorrogar el contrato para la gestión del servicio de limpieza en colegios y dependencias municipales», un contrato que expira el 19 de diciembre. Meses después, en octubre, también comunicó al Ayuntamiento su intención «de resolver el contrato, la subrogación del personal, la reversión de los bienes adscritos al servicio y la liquidación de las cantidades adeudadas por la prestación del servicio». O lo que es lo mismo, su intención de romper su relación con el Consistorio.
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