Los sonómetros llegarán «a otras zonas de la ciudad»

M. Lillo
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El primer verano con la ZPAE deja un leve descenso de ruido en El Torreón, mientras que los hosteleros se quejan de «las pérdidas» que les ha supuesto

Un técnico municipal instala un sonómetro en las inmediaciones de la avenida del Torreón. - Foto: Rueda Villaverde

Este verano ha sido la prueba de fuego de la llamada ZPAE, la Zona de Protección Acústica Especial, que sustituyó a la antigua ZAS y que, como principales novedades, no sólo ampliaba a todo El Torreón su área de influencia, sino que también vino acompañado de una reducción del horario de las terrazas. Tras este primer 'examen', la conclusión del equipo de Gobierno es que el ruido «ha bajado un poco, unos 0,8 decibelios» de forma general. «Hemos bajado, no una exageración, pero se ha bajado», afirmó a este diario el concejal de Servicios a la Ciudad, Gregorio Oraá, quien, al mismo tiempo, anunció que los sonómetros se instalarán «en otras zonas de la ciudad». 

El objetivo del nuevo equipo de Gobierno de PP y Vox es «hacer una comparativa para ver qué situación real hay en distintas zonas» de la ciudad y, de hecho, ya tienen alguna zona en mente. Se trata de la parte de la calle Toledo que tiene tránsito de vehículos, hasta su intersección con la plaza de la Constitución, si bien Oraá indicó que serían unas mediciones itinerantes para comprobar si el ruido «es un problema puntual o es algo estructural» en las distintas zonas de la ciudad. 

En lo que respecta al Torreón y a las mediciones que han arrojado los 12 sonómetros que se pusieron por parte del anterior equipo de Gobierno, Oraá afirma que están «realmente contentos», aunque reconoce que hay niveles que se siguen superando y, de hecho, apuntó a la incidencia que tiene el tráfico rodado durante el día. 

En concreto, los sonómetros arrojan por el día niveles de ruido de entre 60 y 67 decibelios, del mismo modo que por la noche están entre los 57,7 y los 60,8 decibelios, cuando el objetivo es que no superen los 55 para garantizar el descanso de los vecinos, tal y como contempla la ordenanza de ruido.

Los puntos en los que se realizan las mediciones están la calle Palma, Madrilas, Hidalgos, Pozo Concejo, la avenida del Torreón y La Mata. Entre los que arroja más decibelios está el sonómetro de la calle Palma, frente al bar Amazonas, con 65,2 de día en el interanual de 2023 y 2022 y 60,4 decibelios de noche y el de instalado en la calle La Mata, frente a Telefónica, con 66,2 de día y 60,8 de noche. Además, destacan los 65,5 decibelios que arrojó en junio el ubicado en la avenida del Torreón, junto al Pura Cepa, durante la noche, aunque se quedó por debajo de los 60 en julio y agosto. 

Oraá reconoció que «hay un problema en la calle Palma» y en General Rey, donde hay «un problema de inseguridad, por lo que vamos a hacer acciones», dijo sin concretar más al respecto. 

Para Pablo Victoria, vocal de los locales de ocio nocturno de la Asociación Provincial de Hostelería, el hecho de que se sigan superando niveles de ruido no guarda relación con las terrazas, que se levantan a las 2.00 horas y no a las 3.00, sino al ruido que generan los coches, por lo que lamentó que se hubiera optado por limitar más a los locales «en lugar de cortar el tráfico de la zona». 

«Con 58 decibelios no es imposible dormir», dijo, al tiempo que indicó que hay «otros sitios en los que se supera mucho el ruido y, sin embargo, se mira para otro lado». Agregó que están «hartos de que se haya criminalizado una zona y en el resto parece que hay manga libre». Dijo que comprende que los vecinos lo pasaran mal hace 30 años, pero destacó los avances que se han hecho y las inversiones en los locales para reducir el ruido, así como la menor afluencia de gente. «Ni lo de antes, ni la persecución de ahora», sentenció. 

Por su parte, Raúl Murillo, del bar Esencia, aseguró que la reducción del horario de las terrazas ha supuesto «pérdidas» para los locales, ya que alrededor de una y media tenían que advertir a los clientes que a las 2.00 horas debían abandonar el lugar. Eso, dijo, ha influido también en una menor contratación de empleados y «mientras tampoco nos rebajan las tasas». En este sentido, indican que la ZPAE «ha supuesto más perjuicios que beneficios» y apuntó a que la solución pasa también por limitar el tráfico para reducir el ruido que generan los coches.