Iván Limón volvió a disputar un partido oficial de Liga este domingo 147 después. Y la reaparición del delantero de Fuencaliente no pudo ser más feliz, pues contribuyó al primer triunfo del Calvo Sotelo de la temporada en Liga, con dos goles ante el Azuqueca (4-2), más otro que le anuló el colegiado. Corría el minuto 64 cuando Esteban Becker, preparador del Calvo Sotelo, decidía dar entrada en el campo al '7' del Calvo Sotelo en sustitución de Valdivia con 2-1 en el marcador.
25 minutos tardó en volver a ver puerta Iván Limón, que anotó el 3-1, y ya en el descuento hizo el 4-2, para alegría de la afición puertollanera.
Atrás quedaba un periodo muy duro, en el que incluso llegó a plantearse si merecía la pena seguir en el fútbol, jugando 'tocado' muchos meses para ayudar al equipo, operándose después de la rodilla izquierda e iniciando una larga recuperación.
Iván Limón firma un autógrafo. - Foto: Santos Jiménez (CSP)La reaparición, la victoria y los goles devolvieron la sonrisa y la felicidad al delantero de Fuencaliente, que de la tarde del domingo se queda con «las sensaciones. Fue algo muy emocionante, lloré en el campo y en el vestuario, donde me mantearon los compañeros. Había sido mucho tiempo sufriendo, momentos en los que no era yo, y por fin ves que tanto trabajo tiene su recompensa. Esto no es sólo fútbol, es la vida».
Pasadas unas horas del partido, asegura que la rodilla no le ha dado problemas ni ha sufrido dolores, algo que le refuerza también en el estado de ánimo.
Este domingo el Calvo Sotelo visita al Villarrobledo, otro de los líderes de la categoría, en una fase del calendario donde los puertollaneros han jugado con el Quintanar y Azuqueca, que también eran primeros antes de medirse a los azules.
En este sentido, cree que la victoria ante el Azuqueca era clave «para convencernos de que nadie es mejor que nosotros. En el equipo hay un buen ambiente y salga quien salga hay plena confianza. Hay mucha competitividad interna en cada entrenamiento y queremos seguir hacia arriba», asegura Iván Limón, un futbolista «con una gran complicidad con el gol», como aseguró su técnico, Esteban Becker.