La inflación descuadra los presupuestos y reduce el superávit

A. Criado
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Más de un tercio de los ayuntamientos cerraron el ejercicio 2022 con el saldo no financiero en negativo y un total de 35 en situación de «necesidad de financiación»

Ayuntamiento de Pedro Muñoz - Foto: Rueda Villaverde

Las entidades locales de la provincia de Ciudad Real presentan, globalmente, una buena salud financiera, a pesar de que muchas se han visto en la obligación de realizar ajustes para compensar los efectos de la inflación en su estabilidad presupuestaria. Según datos publicados por el Ministerio de Hacienda, algo más de un tercio de los ayuntamientos cerraron el ejercicio 2022, el último disponible, con saldos no financieros en negativo, es decir, con ingresos inferiores a los gastos en los capítulos del presupuesto que van del uno al siete. Con los datos presentados y firmados hasta la fecha por 76 municipios ciudadrealeños, el saldo global se sitúa en 32,38 millones de euros, una cifra que se ha reducido casi a la mitad en los últimos cinco años desde los 56,35 millones acumulados en 2017.

Un total de 48 entidades locales finalizaron el 2022 con saldos no financieros positivos, que sumaron 40,77 millones de euros. Un escenario compartido por todos los municipios de más de 10.000 habitantes de la provincia. En la otra cara de la moneda aparecen 28 ayuntamientos con un saldo negativo, entre los que figuran, por ejemplo, Villarrubia de los Ojos, Pedro Muñoz, Malagón, Herencia, Moral de Calatrava, Piedrabuena, Porzuna y Membrilla. El déficit acumulado por todos ellos se sitúa en 8,39 millones de euros, siete más que un lustro antes. Aunque el resultado presupuestario global continúa mostrando valores positivos, en los últimos años se aprecia un cambio de tendencia a nivel nacional. Tras la crisis sanitaria del COVID-19, las corporaciones se han enfrentado a un incremento desbocado de los precios a raíz del estallido de la guerra en Ucrania. España cerró 2022 con una inflación media del 8,4%, que afectó directamente a capítulos presupuestarios como los de personal o gastos corrientes, descuadrando las previsiones iniciales. En 2017, sólo 11 de 86 entidades locales presentaron un saldo no financiero negativo, frente a 75 en situación positiva.

Capacidad o necesidad. Además de calcular el importe del saldo no financiero, después se llevan a cabo varios ajustes para obtener la situación de estabilidad presupuestaria definitiva de los ayuntamientos, que puede ser de capacidad de financiación, en caso de ser positiva; de equilibrio; o de necesidad de financiación, si el resultado final es negativo. Hechas estas operaciones, el departamento que dirige la vicepresidenta María Jesús Montero revela que 41 municipios de Ciudad Real clausuraron el ejercicio 2022 con capacidad de financiación o superávit de presupuesto no financiero. Una situación de la que pueden presumir municipios como Daimiel, Manzanares, Miguelturra, La Solana, Puertollano, Valdepeñas y Campo de Criptana, por citar sólo algunos ejemplos.

Por el contrario, el Ministerio de Hacienda detecta 35 municipios con saldo negativo o necesidad de financiación, es decir, que tienen que recurrir al endeudamiento. La consecuencia directa es la obligación de elaborar y aprobar un Plan Económico Financiero, que debe asegurar el retorno a un escenario de capacidad o equilibrio, en un plazo máximo de dos años. Los ajustes, en la mayoría de los casos, pasan por una reducción de las inversiones y una mayor carga impositiva. Ciudad Real, Tomelloso, Alcázar de San Juan y Bolaños de Calatrava, entre otros muchos municipios, se encontraban en este punto en 2022, un año en el que estuvieron suspendidas las reglas fiscales. Hace cinco años, únicamente ocho ayuntamientos no cumplieron el objetivo de estabilidad, de acuerdo con la información que firmaron y remitieron a la Administración General del Estado.

Aunque se aprecie un cambio de tendencia en los últimos años, a partir de 2012 se produjo una importante transformación de la situación financiera de las entidades locales, con una notable mejoría gracias a las medidas aprobadas de control financiero y al nuevo marco de estabilidad presupuestaria que se estableció con la Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril. La conocida como 'ley Montoro' marcó una senda de férreo control de la que pocos municipios se salían. Valgan como ejemplo los datos de Ciudad Real en 2013: 83 de 96 municipios presentaron un saldo positivo y el superávit global rozó los 62 millones de euros.