Nueva campaña, nueva estrategia. La Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) presentó ayer la campaña Construye dirigida a jóvenes de 14 a 25 años y que supone un cambio radical en la manera de entender la lucha contra la drogadicción. De hecho, explicó el director general de la FAD, Ignacio Calderón, que ya no se alerta del peligro de las drogas sino que se centra en la persona, en la necesidad de construir un proyecto vital para que no deje espacio a los estupefacientes.
Esa nueva filosofía se resume en la frase principal de la campaña: Cuantas más cosas construyas en tu vida, menos espacio dejarás a las drogas. Como dijo el responsable de la Fundación, «proponemos a los jóvenes que llenen su vida de intereses, de amistad, de encuentros, de compromiso social o de lo que quieran para, de esa forma, ser menos vulnerables a las drogas».
A su juicio, el desempleo y la falta de formación están relacionados con este problema. «Sufro pensando lo que tienen que padecer esas personas que con 35 años no han trabajado nunca», explicó Calderón a modo de ejemplo.
La campaña va dirigida a jóvenes, porque el «principal problema» que existe en torno a la drogadicción en estos momentos es el «consumo de drogas lúdicas entre la juventud». En concreto, Calderón se refirió al acceso al alcohol por parte de menores. A su juicio el consumo de esta sustancia está en el ocio juvenil y los chicos se incorporan a esta práctica a partir de los 14 años. Por eso, la media en la que los menores se incorporan al consumo del alcohol se sitúa, según las estadísticas oficiales, en los 13,9 años.
En este sentido, Calderón denunció la doble moral que existe en la sociedad respecto al alcohol. «Nos duele la boca al llamarle droga al alcohol», explicó. A su juicio, estamos ante una droga admitida socialmente y difundida con naturalidad a través de los medios de comunicación. Por eso existe un rechazo a considerarla droga, un nombre asociado mentalmente a imágenes duras y a marginación. Por eso hizo una petición: «Llamémosle como queramos, pero hagámosle frente».
La llamada droga lúdica refleja otro de los grandes problemas a los que se enfrenta hoy la sociedad. Según explicó el responsable de la FAD, la población ha perdido el «miedo» a la droga. Según aseguró, «estas sustancias no han dejado de ser un problema, pero ya no son noticia» porque ya no se perciben como una problema.
La disminución de las imágenes de «degradación social» asociadas a los heroinómanos ha desaparecido al igual que los delitos derivados de la adicción a esa droga. Sin embargo, el problema de la adicción sigue ahí, argumenta Calderón, enmascarado por las nuevas sustancia y patrones de consumo. «La aparición de novedosas drogas lúdicas que producen un deterioro mucho mejor», explicó, ha cambiado la imagen de la droga de tal manera que «hay consumidores que están perfectamente integrados en la sociedad».