Cobi cumple 20 años

Europa Press / Barcelona
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Barcelona rinde homenaje a la que fuera la mascota de sus Juegos Olímpicos, en 1992, la primera «con barriguita de felicidad» y que apareció llorando ante el mundo

Cobi cumple 20 años

Cobi, la mascota de los Juegos Olímpicos de Barcelona’92 ya tiene 20 años, y su creador, el diseñador Xavier Mariscal, lo recuerda con cariño, como un «símbolo» de una manera de vivir la vida, mientras la Ciudad Condal le dedica una exposición, con motivo de su cumpleaños, en el Museu Olímpic.

El artista catalán explica en una entrevista que, en realidad, el emblema de las únicas Olimpiadas celebradas en España nació en 1988, y que siempre tuvo claro que no quería hacer «una cosa muy clásica», así que, después de que el primer concurso de ideas quedara desierto, propuso un perro muy peculiar, casi cubista.

Al Comité Organizador de Barcelona’92 (COOB) le pareció genial el planteamiento, y Mariscal recuerda que siempre trabajó con «libertad y total confianza» y, de hecho, el nombre de Cobi nació como un diminutivo cariñoso del propio organismo.

«Tenía que ser un personaje con vida, no un grafismo congelado; tenía que ser feliz, dar la bienvenida a la gente y, al mismo tiempo, que fuera muy fácil de reconocer», apunta Mariscal, que subraya que su creación fue pionera en muchas cosas.

Por primera vez, la mascota oficial de los Juegos se asoció sin prejuicios a los patrocinadores -hubo un Cobi Coca-Cola, un Cobi IBM, un Cobi Estrella Damm, etc-, una potente herramienta de promoción que paseó al dibujo por medio mundo, pero también fue la primera que apareció triste y llorando, cuando hasta entonces siempre eran «perfectas».

«También tenía una barriguita de felicidad, y no era un gran atleta, hacía todos los deportes, como los hacemos cualquier persona», recuerda el diseñador, que solo pone «un pero» a la utilización que se hizo de su imagen.

EL ORIGINAL, MÁS MORENO. «Me molestó profundamente que el COOB decidiera que el oficial era desnudo, cuando siempre tenía que ir vestido; y, además, el color original era más gitano, no tan clarito», resume divertido.

Para Mariscal, su creación más emblemática fue una experiencia fabulosa - «me tocó la lotería», asevera- porque le hizo sentirse muy querido por la gente de Barcelona, y, en ningún caso, le ha cogido manía, al contrario.

Los Juegos Olímpicos de 1992 fueron, para el catalán, la demostración más evidente de la descripción que hizo Manuel Vázquez Montalbán de la Ciudad Condal: una localidad del norte en un país del sur, porque todo funcionó como un reloj, pero, al mismo tiempo, no se perdió nunca «el punto español más descarado, de cachondeo y las cervezas en una terraza animando a los atletas».

El creativo se reserva su opinión sobre las mascotas de Londres 2012 y apunta discretamente que cada municipio tiene su manera de expresarse, al tiempo que desea mucha suerte a Madrid con la candidatura de 2020: «Es mucho mejor organizar unos Juegos que la guerra de Irak».

La exposición Cobi. Ara que tinc 20 anys podrá verse en el Museu Olímpic Joan Antoni Samaranch de Barcelona hasta el 2 de septiembre y reúne imágenes, fotográfias y objetos relacionados con el perro más deportista de la Historia.