"La moda del hidrógeno ha multiplicado los proyectos"

Ana Pobes
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Desde 2017, Emilio Nieto dirige el Centro Nacional del Hidrógeno, donde trabajan 52 personas, de los que el 95 por ciento son titulados superiores y donde hay otro 26 por ciento doctorados

"La moda del hidrógeno ha multiplicado los proyectos" - Foto: Rueda Villaverde

¿Qué llevó al Gobierno nacional a instalar el Centro Nacional del Hidrógeno en Puertollano?

Ser un pueblo de zona energética con varias empresas de ingeniería, además de la refinería de Repsol, Solaria, Ence, Elcogas, varios ciclos combinados... Aunque algunas ya no están, las empresas que llegan a Puertollano lo hacen todas con el apellido de sostenibilidad energética, por lo que se vio que Puertollano era una zona muy coherente para instalar un centro como el del hidrógeno y que fuera tractor de inversión privada, algo que ya se empieza a notar. Su instalación en Puertollano no solo ha beneficiado a la ciudad con la llegada de inversión privada, sino también con poder mostrar al mundo, a través de reuniones y proyectos, las capacidades que tiene la localidad para desarrollar una línea de negocio. El centro cumple 15 años y queremos celebrarlo por todo lo alto, promovido también por esta fiebre por el hidrógeno y que ha venido para quedarse.

Hablar de innovación y desarrollo en cualquier parte de la cadena de hidrógeno es hablar del Centro Nacional. ¿En qué proyectos se está trabajando ahora?

"La moda del hidrógeno ha multiplicado los proyectos" - Foto: Rueda VillaverdeEn muchos, pero no todos se pueden contar porque la confidencialidad la llevamos a rajatabla. Muchas son las empresas que investigan con capital privado y sin subvenciones para guardar ese secreto, entre comillas, con el fin de que la competencia no sepa qué es lo que están desarrollando e investigando. Tenemos proyectos en todas las líneas del uso del hidrógeno, desde el industrial, principalmente el petroquímico, químico y de fertilizantes, que son las aplicaciones estrellas, hasta en el sector de la movilidad como el transporte ligero y pesado. Ya no solo se utiliza el hidrógeno en automóviles y motos, sino también en autobuses, camiones y trenes, y se empieza a pensar en cómo utilizarlo en los aviones. Tenemos proyectos nacionales e internacionales en todas esas aplicaciones.

La tracción ferroviaria con hidrógeno incluso gana adeptos para su uso en trenes. ¿Puertollano está presente en este tipo de iniciativas?

Sí. Por ejemplo, se trabaja en el tren Bi-modo del hidrógeno con CAF, otro integrante español dentro del sector ferroviario. Se trata de un proyecto europeo donde la hibridación es algo diferente, pero siempre dando la opción al tren de la catenaria, porque en este sentido la inversión está hecha, y habría que darle hidrógeno en los tramos donde no haya. Para que se haga una idea, hacer un kilómetro de catenaria en una línea de alta velocidad puede llegar a costar cerca de los 2,5 millones de euros. Además, la empresa Talgo hará un tren híbrido con batería catenaria- hidrógeno, cuyo banco de ensayos se ha desarrollado en este centro y se ha testado hace un par de meses. Será un tren de pasajeros de la línea de Extremadura que sustituirá al tren diésel con una opción tecnológica limpia. Será el primer tren de hidrógeno de España. Hay, además, otros dos proyectos en los que estamos trabajando dentro del sector ferroviario y que de momento no puedo dar detalles porque su desarrollo está protegido. El compromiso nacional es que en 2030 haya, al menos, dos líneas de tren con hidrógeno, pero estoy seguro de que habrá muchas más.

El transporte aeronáutico es un gran consumidor de combustible. ¿Llegará también esta fuente de energía al sector?

"La moda del hidrógeno ha multiplicado los proyectos" - Foto: Rueda VillaverdeSí. Un estudio ha demostrado que se puede mover un avión con hidrógeno a alta presión hasta, como máximo, 3.000 millas. Hay que recurrir a iniciativas como el hidrógeno líquido, y en eso se está trabajando con Airbus, que ha anunciado tres modelos de avión. Uno de ellos con hidrógeno a presión porque no llega a esas 3.000 millas y los otros dos con hidrógeno líquido. La compañía trabaja en el desarrollo de los depósitos para almacenar ese hidrógeno líquido y cómo integrar todo, a nivel de ingeniería, para que el avión pueda cumplir. Se habla de 2033 como horizonte, pero hay que tener en cuenta que la aviación es un sector muy regulado y la certificación lleva tiempo, y eso puede retrasar algo los plazos. En cuanto a la tecnología, diría que en 2026 habrá ya un avión que podrá volar con hidrógeno. Será el primer prototipo para desarrollar esa normativa de seguridad y demostrar que es seguro.

El hidrógeno parece que se ha puesto de moda en los últimos años. ¿Esto ha hecho que haya aumentado también la cartera de trabajos en el Centro Nacional desde su puesta en marcha?

Muchísimo. Antes, entre el 15 y el 20 por ciento de nuestro presupuesto era de ingresos por proyectos con empresas, y ahora estamos cercanos al 80 por ciento. Hemos pasado, por ejemplo, de tener entre doce y quince proyectos a tener más de treinta. Hasta hace un año, éramos unas 40 personas en el centro y ahora somos 52 con cinco procesos abiertos de selección y con perspectivas de abrir otros ocho más. Estamos desbordados, y necesitaríamos, al menos, veinte personas más. Todo esto ha conllevado a que el último convenio se haya renovado por diez años en vez de por siete, que hasta ahora era lo habitual.

"La moda del hidrógeno ha multiplicado los proyectos" - Foto: Rueda VillaverdeRepsol ha construido una planta de combustible a partir de hidrógeno verde e Iberdrola ha puesto en marcha una planta de hidrógeno verde. ¿Las grandes empresas energéticas han visto que aquí hay una oportunidad de mercado?

Así es. Ha habido empresas que han cambiado su estrategia y se han acercado a nosotros para pedirnos ayuda y otras, principalmente del sector renovable, han oído campanas de que va a haber mucho dinero y llegan al Centro Nacional sin una idea clara. Son muchas las empresas que están apostando y mostrando interés por el hidrógeno. El futuro del Centro Nacional es bastante prometedor y de crecimiento. De momento, no existe ninguna entidad en Europa como la muestra, en la que todo gire en torno al hidrógeno.

De hecho, España acapara uno de cada cinco proyectos mundiales de hidrógeno. ¿Está nuestro país a la cabeza en cuanto a esta innovadora fuente de energía?

Cuando se lanzó la hoja de ruta, el Gobierno quiso conocer cuánta gente podía aportar algo al sector y se apostó por abrir un periodo de manifestaciones de interés. Se presentaron más de 540 propuestas. En el año 2030 debemos tener cuatro gigavatios de electrólisis instalados en España, pero de todas esas propuestas salieron 72 gigavatios. El objetivo europeo, en 2030, son un total de 40 gigavatios. No solo vamos a cumplir el reto de los cuatro, sino que hemos propuesto ideas por 72, cuando otros países como Holanda están en torno a cinco o seis. Clarísimamente, en Europa, somos el primer país en cuanto a proyectos.

El hidrógeno se ha posicionado como una solución más para avanzar hacia la descarbonización planteada para 2050. ¿Cree que se cumplirá el objetivo?

Con todas las estrategias para poder avanzar a esa transición limpia que permita llegar a ese 2050 con cero emisiones netas, la gente se está planteando ahora combustionar este hidrógeno, pero las partículas se van a seguir teniendo. Por ello, creo que a nivel mundial no vamos a ser capaces de llegar a cero emisiones. En 2050 me parece aventurado, pero sí podemos llegar en los años 2060-70, aunque todo dependerá del compromiso de los países.

Uno de los factores en contra del hidrógeno verde es su elevado coste. ¿Se irá reduciendo?

Sí. Cuando en 2017 entré en el Centro Nacional del Hidrógeno, existía un informe que reflejaba que la paridad entre el hidrógeno verde y gris iba a llegar entre los años 2040-2045. Ahora, eso ya será en el año 2025, incluso antes. Pero para eso se necesita proyectos grandes y economías de escala. En la actualidad, el kilo de hidrógeno gris está en torno al euro, mientras el verde está entre 4,5 y seis euros, cuando hace un año y medio eran ocho euros. Con todos los proyectos que se están anunciando, he hecho un estudio estadístico y cada año los costes bajan alrededor de un 10 y 15%, pues los equipos se están haciendo cada vez más pequeños y eficientes, y eso da más rendimiento a un coste más bajo. El objetivo es que el hidrógeno renovable (verde) llegue a costar un euro.

El hidrógeno es un sector que ha llegado de golpe. ¿Se echa en falta capital humano profesional?

Mucho, y creo que eso es una asignatura pendiente. Una de las necesidades es la formación de alto nivel, por lo que se necesita hacer más másteres específicos sobre tecnología sostenible e hidrógeno. Se necesita atacar la FP y desarrollar grados concretos que formen a la gente en esta materia, pues son ellos los que van a estar en la fabricación de esos electrolizadores, en la integración de todas esas líneas de producción, etc. Ahora mismo, hay una falta clara de recursos.

¿Esta es una de las dificultades con las que se encuentra el desarrollo del hidrógeno?

Así es, pero también, como ya hemos hablado, el coste. Sin olvidar tampoco el tema de la seguridad y la normativa, y cuando hablo de normativa me refiero al tiempo que se tarda en tramitar la gestión. El hidrógeno lleva utilizándose más de un siglo como materia prima en el sector de la petroquímica, por lo que está perfectamente estructurado, es seguro y se sabe cómo manejar, pero se ha llegado a esperar dos años y medio en recibir un permiso medioambiental para un proyecto de hidrógeno. El Gobierno tiene que reducir los tiempos y garantizar a las empresas que hacen esas inversiones que realmente va a haber una continuidad y que el país apuesta por esto, y esa es la hoja de ruta.