Tan solo son un par de finas líneas en una pared de piedra calcárea, pero detrás de ellas podría encontrarse uno de los hallazgos arqueológicos más sensacionales que el mundo haya visto en mucho tiempo.
Hoy, una expedición de científicos, encabezada por el egiptólogo británico Nicholas Reeves, se desplazará hasta el Valle de los Reyes, cerca de la ciudad egipcia de Luxor, para buscar nada menos que la cámara funeraria de Nefertiti.
Millones de personas han contemplado el famoso busto (que se encuentra en un museo en Berlín), pero hasta la fecha nadie ha encontrado el sarcófago de la misteriosa esposa del faraón Akenatón.
Algo que podría cambiar ahora. Reeves, docente en la universidad de Arizona, señaló ayer en un artículo las sospechas de que pudieran hallarse otras estancias tras la cámara funeraria del hijastro de Nefertiti, Tutankamón (que vivió en torno al 1.300 a. C.), hallada en 1992.
En nuevas imágenes de alta precisión de dos de las paredes del habitáculo identificado con la abreviatura KV62, se observan las líneas de una estructura en la que se han reconocido pasillos tapiados. Y si ello no fuera suficiente, Reeves estimó que tras el espacio norte que está pintado «hay un corredor que tiene una extensión suficiente para albergar un sarcófago». Y cree que es «el de Nefertiti, la celebrada esposa, reina consorte y sucesora del faraón Akenatón», según describió el experto.
El mundo de la arqueología anda revolucionado desde entonces. No solo por la bella Nefertiti, que siempre sedujo a los egiptólogos, sino porque Reeves parece que tiene argumentos sólidos para defender su tesis.
El supuesto pasadizo es la exacta continuación de la galería de la cámara funeraria de Tutankamón. Además, la pared norte parece haber sido pintada a posteriori, en comparación con el resto de decoración del espacio. En la opinión del arqueólogo eso se debe a que el tapiado se produjo después.
Los expertos consideran a Reeves un científico serio. «Realmente es un buen egiptólogo, uno de los mayores conocedores del Valle de los Reyes», apuntó de él su colega belga Harco Willems. A su parecer, Reeves tiene argumentos sólidos. «Lo que se ve en las imágenes, lo veo yo también. Para mí queda fuera de discusión que son dos puertas».
Así que se trataría de dos galerías taponadas. Una conduce a una cámara pequeña, la otra a una leyenda de la era Amarna. ¿Pero por qué debería ser precisamente Nefertiti la que se hallase tras esa pared pintada?
De acuerdo con la tesis que Reeves sostiene, la clave está en el nombre del predecesor de Tutankamón, Semenejkara, que no sería otra que la propia Nefertiti, que, según algunas teorías, habría asumido la regencia tras la muerte de su marido.
La historia. Tras el repentino fallecimiento de Tutankamón, la cámara funeraria de Nefertiti habría sido reformada a toda prisa y el espacio para su sarcófago encajado entre los muros. Considerar a Nefertiti predecesora directa de su hijastro es una tesis controvertida.
Por muy espectacular que suene la teoría de Reeves sobre el contenido de ambas cámaras, Willems recordó: «Hay cero pruebas de ello». En su opinión, bien podrían ser también lugares adicionales con más artículos para el viaje de Tutankamón al más allá.
Otros egiptólogos han puesto en duda el conjunto de la teoría. Frank Müller-Römer, de la universidad de Múnich, señaló: «¿Por qué la silueta que describe Reeves esconde un tapiado y no otras estructuras de una sola piedra?». Y cuestiona, además, en su réplica al texto de Reeves, que no se hayan hecho públicas en el artículo las medidas de la KV62, por ejemplo, con ayuda de un radar.
Todas estas investigaciones se reanudarán a partir hoy y los primeros resultados arrojarán luz sobre qué es lo que hay tras la pared norte de la tumba del amado faraón.
Solo entonces, cuando se encuentre su sarcófago con su nombre escrito en el Valle de los Reyes, se habrá logrado localizar a Nefertiti sin lugar a dudas. Toca esperar.