Seis de cada diez menores que ingresan en Salud Mental viven algún trauma en la niñez

Raquel Santamarta
-

Un estudio de la Unidad de Hospitalización Breve de Salud Mental Infanto-Juvenil del hospital incide en los factores psicosociales y familiares de 253 pacientes ingresados en cuatro años

Habitación de la unidad de Salud Mental infanto-juvenil - Foto: /Fotos Rueda Villaverde

Más de la mitad de la enfermedades mentales ‘debutan’ en la infancia. Por ello, la familia se revela como un elemento clave en la contención de los síntomas o, por el contrario, a la hora de generar un entorno perjudicial que facilite su desencadenamiento. Un estudio observacional realizado por la Unidad de Hospitalización Breve de Salud Mental Infanto-Juvenil del Hospital General Universitario de Ciudad Real (HGUCR), que inició su actividad hace ahora cinco años, concluye que casi siete de cada diez de los 253 menores ingresados entre marzo de 2009 y marzo de 2012, es decir hasta 175 niños y adolescentes, tenían antecedentes psiquiátricos en su familia. Asimismo, en el 61,2 por ciento de los casos se detectaron situaciones ambientales relacionadas con hechos negativos como la pérdida de un ser querido, la alteración en el patrón de relación familiar, el maltrato físico, el control inadecuado, la sobreprotección de los padres o la crianza en instituciones. No en vano, la mayoría de las niñas que llegaron a la unidad por autolesiones e ideas suicidas referían problemas traumáticos durante su niñez.

Sólo la mitad de los menores vivía con sus dos progenitores, siendo la custodia compartida en seis de cada diez casos. Asimismo, la tutela del 20,2 por ciento estaba en manos de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. No obstante, según se desprende de este análisis, en trastornos de alimentarios, hasta un 84 por ciento de los pacientes -cuya edad media rozaba los 15 años- residía con ambos padres, mientras que cuando ingresaban por comportamiento autolítico, alteraciones de conducta o agitación sólo el 45 por ciento pasaba el día a día con sus dos progenitores.

Otro dato a destacar en el estudio, pendiente de publicación, era que el 17,4 por ciento de los pacientes no estaban escolarizados, una realidad que daba en mayor medida entre los varones. De igual modo, un 22,2 por ciento de los chicos habían sido denunciados judicialmente por terceros frente a un 6,9 por ciento de las chicas.

Psicosis y alteraciones de la conducta en el contexto de trastorno disocial eran significativamente superiores en chicos, mientras que en las chicas se presentaban en mayor medida desórdenes de la conducta alimentaria (anorexia y bulimia) y adaptativos. En este sentido, 77 pacientes (30,4%) tuvieron más de una hospitalización y 46 (18,2%) reingresaron más de una vez durante el periodo analizado.

Más información en la edición impresa.