366 días después de celebrar su segundo ascenso a la liga Asobal ante el filial del Barça en Pontevedra, el Cisne consumó su descenso matemático a División de Honor Plata en el Palau Blaugrana, donde el pasado sábado aguantó 35 minutos al vigente campeón de Europa.

La segunda temporada del equipo gallego en la élite ha estado marcada por la plaga de lesiones que ha afectado a la plantilla dirigida por Javier Márquez, quien únicamente dispuso de todos sus jugadores en un partido del campeonato: el pasado mes de abril ante el Torrelavega.

"Nunca en mi carrera había vivido algo así", confiesa a EFE el técnico manzanareño, para quien las lesiones han afectado fundamentalmente en dos aspectos a su equipo: "Nos limitaron en el último tramo de la primera vuelta y la terminamos con pocos puntos. Eso nos lastró mucho. Y luego tampoco llegamos bien al tramo decisivo de la Liga".

Márquez confiesa que cada lesión fue "un palo" porque hasta la llegada de los refuerzos invernales, el pivote rumano Calin Dedu y el internacional júnior Dani Serrano, contaban con una plantilla muy justa de efectivas.

No obstante, eso no impide al técnico del Cisne centrar su mirada en la ausencia del lateral izquierdo portugués Gabriel Cavalcanti y el especialista defensivo Iván Calvo.

"La baja de Gabriel nos ha destrozado", se sincera su entrenador, conocedor la importancia en el juego del primera línea cedido por el Benfica, que en su primera temporada en España encadenó dos lesiones en su hombro y una fractura de los huesos propios de su nariz.

El internacional portugués solo pudo ser alineado en 15 partidos, y en ellos el Cisne sumó 11 de los 13 puntos que tiene en la clasificación: "Es nuestro jugador diferencial, ese dato habla por sí solo", confiesa Márquez, que también se lamenta de que las lesiones hayan afectado "muchísimo" a los jugadores que defienden en la zona central.

Para el entrenador manchego el otro factor determinante que ha impedido a los suyos llegar a las últimas dos jornadas de Liga con opciones de salvación es la "irregularidad" que han mostrado a lo largo del curso.

"Lo hemos pagado caro. Hubo partidos en los que jugamos muy bien y otros en los que los errores nos penalizaron mucho, y esa falta de regularidad nos lastró", confiesa Márquez, que esta semana se reunirá con la directiva que preside Santi Picallo para abordar su futuro.

El descenso a División de Plata vendrá acompañado de una profunda renovación en la plantilla, ya que varios de los habituales en el siete inicial ya han confirmado su salida del club.

El portero Kilian Ramírez y el extremo derecho Carlos Álvarez jugarán en el Ademar León; el pivote rumano Calin Dedu regresará al Dinamo Bucarest; el central Álex Chan ha fichado por el San Pablo Burgos de Plata; y el portugués Cavalcanti volverá al Benfica tras su cesión.

De momento, el club se ha asegurado la continuidad del extremo izquierdo Mateo Arias, negocia con el portero brasileño Roney Franzini su ampliación de contrato y ha fichado al joven Alberto Delgado, una de las promesas del balonmano español.

Sobre la continuidad de Javi Márquez en el banquillo, Diario de Pontevedra adelantó que esta semana habrá una reunión entre el técnico y el club.