La Mancha Centro forma en epilepsia a sus enfermeros

La Tribuna
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El programa incluye temas como el manejo de crisis epilépticas, cuidados específicos, tratamiento farmacológico, aspectos psicosociales y técnicas avanzadas como el vídeo-electroencefalograma (vídeo-EEG).

La Mancha Centro forma en epilepsia a sus enfermeros

El Servicio de Neurología de la Gerencia de Atención Integrada de Alcázar de San Juan, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), ha organizado un curso de formación especializado en epilepsia dirigido al personal de Enfermería que ha tenido como objetivo proporcionar a estos profesionales las herramientas y conocimientos necesarios para brindar una atención de máxima calidad a los pacientes con esta patología.

El equipo multidisciplinar encargado de esta actividad formativa está liderado por profesionales sanitarios con una amplia experiencia en el manejo de pacientes con epilepsia. Entre ellos se encuentran especialistas en Neurología, Neurofisiología y Enfermería con formación específica en esta materia.

Para la doctora Marta Pacheco, del Servicio de Neurología de la Gerencia de Alcázar de San Juan, "este curso representa un paso importante en la mejora de la atención a los pacientes con epilepsia en nuestra área sanitaria, demostrando el compromiso del Hospital Mancha Centro con la excelencia clínica y el bienestar de sus pacientes" y confía en que esta iniciativa "contribuya a mejorar la calidad asistencial".

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El programa incluye temas como el manejo de crisis epilépticas, cuidados específicos, tratamiento farmacológico, aspectos psicosociales y técnicas avanzadas como el vídeo-electroencefalograma (vídeo-EEG).

En ese sentido, la doctora Pacheco recalca que "el vídeo-EGG es una herramienta fundamental en el diagnóstico y tratamiento de la epilepsia, permitiendo una monitorización detallada y precisa de la actividad cerebral". En su opinión, "a pesar de ser un procedimiento costoso, su correcta utilización resulta altamente rentable al evitar diagnósticos erróneos, reducir la repetición de pruebas y optimizar el tratamiento antiepiléptico", señaló el sescam en un comunicado de prensa.

Las guías clínicas de la Liga Internacional contra la Epilepsia (ILAE) recomiendan el uso del vídeo-EEG cuando el diagnóstico de la epilepsia o la clasificación del tipo de síndrome epiléptico son difíciles, sobre todo en pacientes con epilepsia refractaria (la que no se ha conseguido un control de la crisis pese al uso de dos fármacos adecuados).

Las principales aplicaciones clínicas del vídeo-EEG son: diagnóstico diferencial entre crisis epilépticas y eventos paroxísticos no epilépticos, clasificación del tipo de crisis epiléptica y del síndrome epiléptico, detección y cuantificación de crisis menores y diagnóstico de estados epilépticos no convulsivos, evaluación de la respuesta al tratamiento antiepiléptico y evaluación de posibilidades de tratamiento quirúrgico de la epilepsia.

Consulta específica

Precisamente, el Hospital Mancha Centro incluye el vídeo-EGG para el diagnóstico y seguimiento de pacientes con epilepsia. Además, este centro hospitalario cuenta con una consulta específica dedicada a la atención de estas personas. En ella, actualmente realizan seguimiento a 279 pacientes, 189 de ellos considerados farmacorresistentes, sin contar los que están en seguimiento en consultas generales.

En cuanto al estudio de los pacientes con epilepsia, además de las pruebas con neuroimagen (TC craneal, resonancia cerebral), suele realizarse un electroencefalograma de rutina (EEG de vigilia). Esta técnica supone un muestreo de unos 20-30 minutos de la actividad bioeléctrica cerebral durante la vigilia en reposo con ojos cerrados (EEG basal), que se complementa con una valoración de la reactividad EEG a la apertura y el cierre oculares y dos maniobras de activación de las anomalías epileptiformes: la hiperventilación forzada y la estimulación luminosa intermitente.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la epilepsia es uno de los trastornos neurológicos más comunes que afecta a unos 50 millones de personas en el mundo de todas las edades; la mayoría de ellos viven en países de ingresos bajos y medios y tiene consecuencias sociales, conductuales, de salud y económicas. Es una enfermedad que requiere un abordaje integral y especializado para mejorar la calidad de vida de los pacientes.