El festival de Almagro se alzó en la inauguración como «un punto de encuentro» frente al ruido y una llamada a la humanidad frente a la violencia. Los discursos iniciales plantearon la necesidad de recordar esas voces que se escribieron hace cuatro siglos y que aspiraban a vivir en paz.
El ministro de Cultura, Ernesto Urtasun, reflejó esta necesidad de la cultura como una muestra de «milagro» y de «epifanías» que pone una lente sobre la humanidad. «No siempre nos gusta lo que vemos, como ocurre en la vida, pero entre altas y bajas pasiones, vamos encontrándonos con lecciones imperecederas y que viajan hasta nosotros», indicó Urtasun, para quien «Almagro y el Corral de Comedias es un laboratorio de experimentación», una muestra del legado del Siglo de Oro y que se abre a nuevas miradas.
Para el vicepresidente segundo de la Junta de Comunidades, José Manuel Caballero, este encuentro sirve para reflexionar en los personajes y contemplar con «tristeza» que hoy hay muchos comendadores que «utilizan su poder para someter a los más débiles, como el goteo de violencia machista o las imágenes de tantos lugares donde la vida no vale nada»; pero también para ver «referentes» que sirven de «estímulo» para lograr un mundo «lo mejor posible». Para lograrlo se ha diseñado un festival que «no decae», que cada año se supera y con una programación que tiene «diversidad de formatos y ámbitos, que hace que muchos sientan el festival como propio».
Almagro se abre como un encuentro frente al ruido - Foto: Tomás Fernández de MoyaMientras, el presidente de la Diputación, Miguel Ángel Valverde, explicó desde las tablas del Corral de Comedias que el festival de Almagro es «encuentro» frente al ruido que existe en el mundo actual. «No es un punto de dar soluciones, pero sí de reflexionar» y hacerlo a través de los clásicos. En este sentido, recordó que todas las administraciones apoyan al festival y todas han dado pasos para que sirva para dar a conocer «el territorio», recordando que un evento tan importante abre la puerta al crecimiento turístico en la provincia y también sirve como elemento de atracción económico, recordando el estudio que se ha realizado por el festival.
Por último, el alcalde de Almagro, Francisco Ureña, recordó que el festival de Almagro tiene casi la misma edad que la democracia, una transición en la que se vivió que la cultura daría una sociedad mejor. «De aquel ambiente salió el festival y otras iniciativas culturales», explicó Ureña, remarcando que el festival es lo más importante en el municipio y también lo es para el teatro clásico, aportando claridad para que se represente en todo el mundo.
Almagro se abre como un encuentro frente al ruido - Foto: Tomás Fernández de Moya