Educar más que prohibir los móviles en las aulas

Hilario L. Muñoz
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Sindicatos y directores de institutos remarcan la necesidad de participar toda la sociedad en cómo se actúa con los dispositivos y recuerdan que la ley regional ya limita su uso en los centros

Educar más que prohibir los móviles en las aulas - Foto: Luis López Araico

El Ministerio de Educación abrió ayer la puerta a que los móviles queden relegados en un segundo plano en los centros educativos. Estarán prohibidos en la educación Primaria, donde se podrá llevar, pero apagado desde que se entra a clase hasta que se salga, y eso incluye el recreo y el comedor escolar, mientras que su uso en los institutos, quedaría restringido a aquellos momentos en que el profesor o tutor lo exija para clase. 

La prohibición se ve por los centros con cierta preocupación, ya que consideran que no elimina el problema, que es la educación de los jóvenes en su relación con las nuevas tecnologías, algo en lo que inciden debe participar toda la sociedad. Además, recuerdan que ya hay una norma de ámbito regional muy similar. Se trata de la Ley de la Infancia, que en su artículo 22 remarca que los menores no deberán mantener operativos teléfonos móviles en los centros escolares, salvo en los casos previstos expresamente en el proyecto educativo del centro o en situaciones excepcionales, debidamente acreditadas. Una redacción similar a lo aprobado ayer y que terminará de concretarse en un encuentro entre el Ministerio y las consejerías regionales que se celebrará el 31 de enero. 

«Siempre hemos defendido que las nuevas tecnologías, bien usadas, son un recurso más para motivar a nuestros alumnos», señaló la presidenta de ANPE Ciudad Real, Mónica Sánchez de la Nieta, quien recordó que una cosa es el uso en clase y otra el uso en los recreos. Así, por ejemplo, apuntó el empleo para el acoso, como un caso extremo, pero también el hecho de que las nuevas tecnologías impiden otras actividades en los tiempos de descanso, como son el deporte. Por este motivo, el sindicato ve con buenos ojos que haya una norma «de rango superior» que limite el uso, para seguir todos una misma línea. Eso sí, recordó la importancia de educar, porque muchas veces la problemática viene de casa, con padres que dan el móvil para tener controlados a sus hijos.

«Hay padres que llaman en mitad de la mañana y que reciben WhatsApp de los chicos mientras estos están en clase y les contestan», indicó la directora del IES Torreón del Alcázar, Lola Sánchez. «Nosotros podemos poner límites», pero hay un trabajo que debe realizarse en las casas. «El trabajo continuo de que hagan un buen uso de la tecnología no puede ser exclusivo de los centros escolares», remarcó la directora.

«Lo que está puesto en Castilla-La Mancha es lo que quieren poner en toda España. ¿Qué arregla eso? Nada», indicó de forma taxativa el coordinador regional de STE-CLM, Fernando Villalba. En este sentido, señaló que, por ejemplo, en Primaria son muy pocos los que van a quinto o sexto sin móvil, y recuerdan las complicaciones que puede tener para un docente revisar la mochila o quitar el móvil a un joven al entrar. «Es un tema muy complejo y va a ver qué aprender a conllevarse bien con el móvil», indicó, recordando que la relación es difícil para los estudiantes, pero también lo es para los adultos. «Quién puede pasarse dos días sin móvil», se preguntó.

«Hay que actuar desde la familia», remarcó la directora del IES Maestre de Calatrava, Mar Cámara. Para ella «la solución no está en prohibir», sino «en educar», porque la problemática entre el móvil y los jóvenes, no se encuentra en los centros, es de ámbito social y, por eso, reclama formación en su uso y evitar que al ser un elemento prohibido, «se vuelva más atractivo», como suele suceder, para los adolescentes.