Bilbao contra Madrid, el vértigo contra el rigor, Marcelo Bielsa contra Diego Simeone: el escenario dual que propone la final de la Liga Europa mañana promete una noche apasionante de fútbol.
Ambas ciudades se han movilizado para desplazar a más de 20.000 hinchas hasta Bucarest, la capital que albergará la gran final española. Será una auténtica marea rojiblanca, el color que comparten ambos equipos.
El Athletic Club regresa a una final europea 35 años después, y su adversario volverá a pelear por ganar un torneo que ya conquistó hace dos años. Pero, mientras el cuadro vasco tiene dos oportunidades de conquistar títulos (luchará por la Copa del rey), el Atlético está obligado a ganar para salvar una campaña que sería mediocre, tal y como calificó Gabi.
«El rival está ahí por méritos propios, es un equipo español, que también enorgullece a toda esta Liga y muestra el nivel que estamos demostrando los dos en esta Liga», analizó el jugador.
«Vamos a luchar contra un rival que viene haciendo las cosas muy bien y que ha encontrado una filosofía que a todo el mundo le gusta, porque juega muy bien. Sabemos lo que nos jugamos».
Al tiempo, se verán sobre el campo dos filosofías muy diferentes. El cuadro vizcaíno se mantiene fiel a su historia y solo alinea a futbolistas con sangre vasca, en cambio, el combinado madrileño ha solidificado su nuevo proyecto con las inversiones millonarias en talentos como los de Radamel Falcao o Arda Turan, entre otros.
Y luego está la filosofía de juego, una propuesta que nace con un mismo origen, argentino, pero con distinto proceder. Bielsa logró que el Athletic causara admiración por su estilo. Nunca le importó quién estuviera delante. Por eso firmó eliminatorias memorables ante Manchester United, Schalke o Sporting de Lisboa.
Enfrente, Simeone maneja otro concepto. No le importa ceder el balón, tampoco renuncia al pase en largo y desea un encuentro pausado. Sabe que arriba tiene dinamita con futbolistas como Falcao, Adrián, Diego o Turan.
Pero una cosa sí define a ambos equipos: se sienten más seguros cerca del arco contrario y pasan malos ratos cuando el balón merodea su propia área.
Por eso se anuncia un choque espectacular, un duelo imprevisible. Por unas horas, Bucarest será el centro del mundo futbolístico con dos formas diferentes de vivir el fútbol, en todos los sentidos.