Casí medio siglo después de su muerte, la millonaria herencia que dejó Purificación Urrea a la Diputación Provincial sigue generando polémica.
Un nuevo auto judicial obliga a la institución -que no ha creado la fundación para constituir un hospital para los niños pobres, como ordenaba el testamento- a entregar los bienes a tres sobrinas de la fallecida. Un auto que la Diputación Provincial ya ha anunciado que piensa recurrir, aunque el abogado de las herederas, Mariano López Ruiz, incide en que van a exigir ya la devolución de estos bienes.
Pero, ¿qué incluye la herencia de Purificación Urrea?. Lo primero a destacar es que, en la actualidad, los bienes que dejó están valorados en unos 30 millones de euros, principalmente por las fincas -la de Las Tiesas en Albacete, pero también otras como la de Alpera-.
Aunque la herencia de Purificación Urrea incluye muchos más bienes. Y es que en 1968 se realizó, ante el entonces vicepresidente de la Diputación Provincial, Antonio Gómez Picazo, un exhaustivo inventario que incluye cientos de páginas con las propiedades que dejó Purificación Urrea.
Dicho inventario incluye todo; desde las joyas, hasta la maquinaria agrícola; las distintas cartillas con dinero en efectivo o cualquier elemento que hubiera en ese momento en su vivienda, como mantelerías, cuadros, un ladrillo de barro y hasta un botijo.
Todo queda recogido y valorado en el inventario del que Mariano López Ruiz piensa hacer uso cuando, con el consentimiento judicial oportuno, acudan a la Diputación Provincial para que ésta entregue los bienes de la herencia a las sobrinas de la fallecida.
Son numerosas las joyas que Purificación Urrea dejó en su herencia y que en el inventario de bienes fueron valoradas por el prestigioso joyero albaceteño Vicente Mompó García, como así consta en el documento oficial donde quedan plasmados con detalle todos sus bienes.
Precisamente, un collar de perlas cultivadas es el elemento ‘número 1’ de este inventario. Collar que estaba valorado, en su momento, en 60.000 pesetas. «Una cantidad importante para la época», como recordaba el abogado de la familia de Urrea.
Una pulsera de oro que lleva grabado el nombre de Purificación, valorada en 25.000 pesetas; una pulsera de brillantes y platino, con una tasación de 76.000 de las antiguas pesetas; o unos pendientes de brillantes que en los años 60 alcanzaban la friolera de 334.000 pesetas forman parte también de las joyas que Urrea dejó en su testamento y que custodia desde entonces la Diputación Provincial.
A través de distintas cuentas bancarias, dejó unos 9 millones de pesetas en efectivo y otros diez millones más -también de la antigua moneda- en acciones, fundamentalmente del Banco Central.
Fincas y vehículos. La finca de Las Tiesas, donde actualmente hay instalaciones del ITAP o el Centro Betania, de ayuda al drogodependiente, es otra de las propiedades de Urrea.
En su momento se valoró en cerca de 30 millones de pesetas, como consta en el citado documento oficial.
Pero, además, Purificación Urrea dejó en su testamento otras dos fincas, en las localidades albaceteñas de Alpera y Valdeganga, cuyo valor -como en el caso de Las Tiesas- ha aumentado con el paso de las décadas.
Estas fincas tenían actividad agraria y para atenderlas también dejó en su herencia Urrea diversa maquinaria como un tractor valorado en 168.000 pesetas; otro que ascendía a 143.000 pesetas o un tercero valorado en 83.000 pesetas. El testamento recoge más maquinaria y especifica la marca, las propiedades y el precio de cada uno de estos elementos.
Un Mercedes de la época -todo un clásico en la actualidad- es el vehículo principal que forma parte de esta herencia y que en el momento de redactar el inventario tenía un valor de 300.000 pesetas.
Pero en este inventario se incluyeron con detalle todos y cada uno de los bienes que Urrea tenía en su casa. Así, aparece recogido un televisor marca Zenit, que valía 15.000 pesetas; una maleta de cuero, estimada en 7.500 pesetas, y hasta un ladrillo de barro o una máquina de coser Singer.
Una mantelería estilo lagarterana, con una valor de 1.000 euros, es una de las muchas propiedades del ajuar de Urrea recogido en el inventario, donde están detallados otros elementos como las colchas, los cuadros que había en la casa, las copas y los velos de seda que poseía.
Dos pequeñas pieles de visón, con un valor de 2.000 pesetas o un bolso de piel de cocodrilo marrón, con un precio de 1.000 pesetas, aparecen recogidos en este inventario donde llama la atención también un botijo de barro al que se otorgó un valor de una peseta, pero que quedó plasmado.
Innumerables bienes que siguen enfrentando a la Diputación y las sobrinas de la fallecida.