La Asociación para la Prevención e Intervención del Suicidio y supervivientes de Castilla-La Mancha, con sede en Ciudad Real, tiene planteado desarrollar un estudio en centros educativos de la capital que sirva de base para crear un protocolo de prevención de los intentos autolíticos en el aula. Así lo avanzó el presidente de Apisys, Óscar Martín-Romo, ante la celebración este domingo del Día para la Prevención del Suicidio. El año pasado fallecieron 45 personas por lesiones autoinfligidas, cifra que alcanzó máximos en 2020 y 2014, con 57 y 60 muertes en la provincia. «El estudio de investigación va a consistir en plantear un protocolo de intervención para adolescentes en centros educativos, contando con la colaboración de diversos centros, y para facilitar la inclusión dentro de las escuelas». La intención es «dar a conocer todos los sistemas de apoyo que existen» y que los adolescentes «estén bien formados».
El presidente de Apisys señaló que es necesario tratar este tema de manera integral. «Siempre lo decimos, la prevención comienza desde la educación, tanto dentro de casa como dentro de nuestras escuelas e institutos». Por este motivo es clave concienciar sobre las señales de alerta, fomentando un entorno en el cual los adolescentes se sientan seguros al hablar de sus emociones y de sus problemas e implementar la figura de un psicólogo en este sentido dentro de cada centro educativo.
Hay que tener en cuenta que «el inicio de curso siempre puede ser una fuente de presión adicional para los adolescentes que, a menudo, se enfrentan a nuevos desafíos tanto académicos como sociales».
El presidente de Apisys señaló que «la prevención del suicidio implica varios aspectos clave», que empiezan por «informar y concienciar». «Hay que dar información sobre la importancia de la salud mental» y «hay que eliminar los estigmas asociados a estas circunstancias, ya sea de trastornos y patologías mentales, como los más cotidianos». Además, apuntó que «hay que buscar ayuda cuando sea necesario».
De hecho, la detección temprana es fundamental. «Hay que capacitar a los profesionales de la salud, educadores, miembros de la comunidad, familias y a toda persona para que puedan reconocer esas señales de alerta y proporcionar ese apoyo a las personas en riesgo hasta que puedan contactar con algún profesional o algún recurso que sea más adecuado», indicó Martín-Romo. En este sentido, hay que tener en cuenta que «la conducta suicida es un problema recurrente». «Una persona que ha tenido ese riesgo puede volver a tener otra vez infección suicida».
Martín-Romo apuntó que esta iniciativa se suma al compromiso de la entidad con la intervención directa. La organización tiene «dos psicólogos que están pasando consulta con un precio reducido y una atención inmediata cuando se pide cita» y esperan contar con nuevas ayudas «para facilitar aún más esa intervención». También cuentan con un grupo de apoyo mutuo, el GAM, «uno de los recursos que mejor está funcionando», donde la gente que acude allí «se siente escuchada, se siente segura para poder comunicar sus experiencias, compartir sus vivencias, incluso, precisamente como dice el nombre, dar apoyo a personas que están en situaciones similares.
Además, este mes quieren retomar las actividades saludables y grupales, paradas durante el verano debido a las altas temperaturas. «Vamos a retomar otra vez las rutas de senderismo que hacemos grupales y vamos a implementar también el visionado de documentales y películas que están relacionadas con el tema, siempre intentando promover ese punto de vista más preventivo y sobre todo educacional».