eptiembre se acaba, pero la vendimia aún no. A unos diez días de que concluya la campaña y con una estimación de un 70% de la uva esperada ya recogida, los responsables de la cooperativa Los Pozos y la bodega Los Candeales hacían balance de la cantidad y calidad de la presente cosecha y también su destino, ya que cada vez es mayor el porcentaje que se destina a la exportación.
Tanto Paulino García de la Camacha, gerente de Los Pozos, como Ramón Ruiz, propietario de Los Candeales, reseñaban la «inmejorable» calidad que trae la uva este año. Resultado que atribuían tanto a los avances en los cuidados y tratamientos de la vid ante posibles enfermedades como al descenso de cantidad de fruto, según las declaraciones recogidas ayer por el Ayuntamiento en un comunicado. En ambas bodegas se está recibiendo entre un 30 y un 35 por ciento de producción por debajo de la que se registra en una vendimia media.
Son los datos más importantes de una campaña que también se prevé más corta debido precisamente a que hay menos uva. García de la Camacha comentaba que esta circunstancia, unida también a la escasez de kilos de la pasada temporada, hace que la demanda de vinos sea aún más importante que otros años.
Una demanda que no solo tiene acento español, ya que cada año tiene más importancia el mercado internacional. Según apuntaban Ruiz y García de la Camacha, países como Japón o Rusia están ganando cada vez más importancia en este mercado que tradicionalmente era absorbido por países europeos.
Respecto a las lluvias de estos días, García de la Camacha no preveía que fueran a representar un problema más allá del retraso que ocasionen en la recogida, dado lo avanzado de la campaña, las temperaturas suaves y el buen estado de la uva.
En Prodevisa, por su parte, también coincidieron con las apreciaciones de Los Pozos y Los Candeales en cuanto a la calidad del fruto. Así lo confirmaba el director técnico de la empresa, José Luis Gutiérrez, quien también reseñó el importante aumento de demanda. Según su criterio, esta circunstancia está provocando una «gran inestabilidad» en el precio de la uva durante su recolección, que prevé que se estabilice de cara al fin de la campaña «en torno a un 60 o 70% más caro que el año pasado», circunstancia que, según comentaba, afectará también a la exportación.