Efecto isla de calor, renaturalizar las ciudades o crear jardines verticales. Son algunos de los conceptos que se vienen planteando en los últimos años en algunas ciudades y que persiguen el mismo objetivo: mitigar las altas temperaturas que se alcanzan en verano y contrarrestar los efectos del cambio climático.
Se trata de todo un reto en el que están inmersas ciudades como Córdoba, pero también Ciudad Real, y de ahí que el Ayuntamiento de Ciudad Real solicitara fondos para ejecutar proyectos para renaturalizar la ciudad de la mano de la universidad. Es el llamado proyecto Cráter, para el que se concedieron un total de 3.073.000 euros, la mayoría de ellos al Ayuntamiento y una parte a la UCLM, con el objetivo de reducir la temperatura que se alcanza en la capital.
Con la llegada del nuevo equipo de Gobierno de PP y Vox, estos últimos negacionistas del cambio climático, la cuestión que se planteaba es si los proyectos se ejecutarán y la respuesta la da el concejal de Servicios a la Ciudad Real, Gregorio Oraá, quién aseguró que se llevarán a cabo, creando o conectando distintas zonas verdes en la ciudad, aunque subrayó que se trata de una cuestión «a medio y largo plazo».
La resolución de estos fondos llegó a través de la Fundación Biodiversidad para su proyecto Ciudad Real Activa, Territorio, Ecosistemas y Resiliencia (Crater) y se trata de una importante inyección económica que no quiere desaprovechar el actual equipo de Gobierno. No obstante, Oraá explicó que se tendrá que materializar «proyecto a proyecto» y de ahí que incidiera en el trabajo que todavía queda por delante para convertirlos en una realidad. De hecho, apuntó a una reunión que se tiene que celebrar con el Ministerio de Transición Ecológica con la veintena de ciudades que van a ser beneficiarias de estos fondos en toda España.
Expertos en urbanismo en la ciudad insisten en que la mejor forma de reducir el impacto del calor en las ciudades es «quitar asfalto y poner más zonas verdes». Así lo afirmó a este diario Federico Pérez Parada, presidente de los arquitectos de Ciudad Real y que explicó que en el caso de los hogares es fundamental apostar por una buena climatización. En lo que no se mostró tan conforme es en la construcción de jardines verticales en la fachada o espacios verdes en las azoteas que «generan muchos problemas de mantenimiento».
Sin embargo, resaltó la importancia de crear espacios verdes, como el que persigue el proyecto Cráter, que prevé actuar en 90.000 metros cuadrados de zonas verdes. No obstante, hay que recordar que no es la primera iniciativa que se ha desarrollado en este sentido. En la pasada legislatura se optó en la calle Toledo por agrandar los alcorques y crear retículas con espacios verdes en su interior, una nueva modalidad de peatonalización que está encaminada también a reducir el efecto isla de calor.
A pesar de todo, Oraá afirmó que «la idiosincrasia de Ciudad Real es favorable», ya que no solo cuenta con el parque forestal de La Atalaya a escasa distancia, sino también con un gran número de árboles que permiten mitigar el calor durante el verano. El hecho de que tampoco cuente con muchas grandes avenidas, sino que la mayoría son calles estrechas en el centro, ayuda a hacer más soportable el calor sofocante que se alcanza en el periodo estival.