8.000 gargantas enamoradas

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Pablo Alborán devolvió Daimiel en Concierto a la época de las actuaciones multitudinarias • Ofreció un encuentro íntimo y vibrante

Pablo Alborán, en un momento de su actuación en Daimiel. - Foto: LT

Más de 8.000 personas abarrotaron el sábado por la noche el auditorio municipal para ser testigos de la dulzura, la sencillez y el talento de Pablo Alborán, que se metió en el bolsillo al público en el único concierto que el malagueño ofrece en la región, dentro del 25 aniversario de Daimiel en Concierto.

Una decena de personas acamparon desde la noche anterior en los alrededores del auditorio municipal y una cola casi kilométrica rodeaba horas antes del concierto el recinto. El ambiente recordaba a los mejores tiempos de Daimiel en concierto, con actuaciones realmente multitudinarias. Y este, cumplió con esas expectativas. Más de 8.000 personas se concentraban en el auditorio, una situación notable en los tiempos que corren.

A las 23.00 horas comenzó el espectáculo, con una marea de seguidores a los pies del escenario. Acto seguido, las placas de luces y las dos pantallas laterales se encendieron para mostrar un vídeo en el que la Tierra estallaba. Alborán emergió en el escenario y los gritos de su fans no se hicieron esperar.

Toda la noche inauguró la euforia. Deshidratándome, Me iré, No te olvidaré o Yo no lo sabía siguieron en un repertorio enérgico que corearían los miles de presentes. Entre canción y canción, Alborán agradeció el cariño de los seguidores, haciendo gala de su humildad y carisma. El artista alternó temas de sus discos, como Caramelo, Dónde está el amor, Quién y Tanto daban cuenta de ello. Pero la apuesta por lo acústico marcaría el momento más emocionante de la noche: El beso, Perdóname, y Te he echado de menos confirmaron la calidez y tesitura de una voz que marca la referencia del panorama musical actual.

Las raíces francesas del artista se plasmaron con el tema La vie en Rose. El momento mágico llegó con Solamente tú, el single con el que el artista alcanzó la fama, un tema que cantó sentado al piano y al que siguieron Éxtasis y Volver a empezar, con un toque cowboy.

El cierre llegó con En brazos de ella, que puso el broche y final a un espectáculo único, íntimo u vibrante que conquistó al público.