Un verso suelto en la OTAN

G. Koleva (SPC)
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La cumbre de La Haya ha abierto una 'guerra' entre EEUU y España tras el 'no' de Sánchez a asumir la nueva meta del gasto en Defensa

Un verso suelto en la OTAN - Foto: Kacper Pempel

No es ningún secreto que la Alianza Atlántica lleva años tratando de iniciar una nueva era: la de conseguir una robusta seguridad común ante los cada vez mayores desafíos globales. Las sucesivas cumbres de la OTAN de los últimos años lo dejaron claro con declaraciones finales que se comprometían a ello, una llamada que comenzó a ganar magnitud tras la invasión rusa a Ucrania y la «amenaza» del Kremlin a los territorios vecinos. Mucho ruido y pocas nueces hasta ahora. 

Pero la última reunión celebrada en La Haya dio sus frutos: los aliados acordaron elevar el objetivo de gasto en Defensa al 5 por ciento del PIB de cara a los próximos 10 años, en un acuerdo respaldado por los 32 Estados miembro que, no obstante, contó con un díscolo entre sus filas. El presidente de España, Pedro Sánchez, suscribió el documento, aunque rechazó que el país vaya a sumarse a ese porcentaje al alegar que solo necesitará invertir un 2,1 por ciento para cubrir las capacidades asignadas por la OTAN.

Una polémica decisión que ha abierto una guerra directa con su homólogo estadounidense, Donald Trump, adalid de esta nueva senda en el organismo transatlántico. Dos posturas enfrentadas que amenazan con poner en peligro el valor del que la Alianza lleva décadas sacando pecho, el de la unidad.

Desde su regreso en enero a la Casa Blanca, el líder republicano no escondió su deseo de que el resto de territorios aumentasen de manera considerable su desembolso nacional en Defensa al entender que existía una gran deuda con EEUU, lo que tildó de «injusticia».

El magnate justificaba sus exigencias ante la evidencia de que solamente 23 de los Estados miembro cumplían entonces con el listón mínimo del 2 por ciento planteado por primera vez en la cumbre de Gales, en 2014, una cifra ahora insuficiente en su opinión, especialmente a raíz del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.

Parecía una meta prácticamente imposible de concretar, teniendo en cuenta que solamente Polonia se acerca a dicho porcentaje, con el 4,1 por ciento, seguida de Estonia y EEUU, ambos en torno al 3,4 por ciento. Paradójicamente, la nación norteamericana es la única cuyo gasto militar ha disminuido en la última década, pues en 2014 se situaba en el 3,7 por ciento de su PIB.

La lista de la OTAN, cuya media rondaba el año pasado el 2,7 por ciento, la cierran Luxemburgo, Bélgica y España, aunque hay discrepancias sobre esta última: mientras Moncloa asegura que en 2024 dedicó un 1,4 por ciento, la Alianza habla de apenas un 1,2.

Sea como fuere, de lo que no hay ninguna duda es que la cifra no contenta al ala dura de la organización, con Trump a la cabeza, y nada parece indicar que Sánchez esté dispuesto a amilanarse pese a que el propio secretario general del organismo, el neerlandés Mark Rutte, ha insistido en numerosas ocasiones en la necesidad de elevar la inversión en Defensa.

Aun así, el exprimer ministro de Países Bajos envió una carta al líder socialista antes de la cumbre de La Haya en la que, según el presidente español, daba «flexibilidad» a su Gobierno para aplicar esa nueva meta, si bien el propio Rutte desmintió después que fuera ese el mensaje trasladado.

Pero la misiva dio alas a Sánchez, quien voló a sus anchas en la reunión de la OTAN. Firmó la declaración conjunta, que establece un serio compromiso de las partes por llegar al 5 por ciento en 2035 ante los «profundos desafíos a la seguridad», en particular la «amenaza a largo plazo que representa Rusia» y el «terrorismo», pero se enrocó en el 2,1 por ciento para España.

Represalias comerciales

Y la ira de Trump no se hizo esperar. El dirigente norteamericano amenazó con hacer «pagar el doble» al país ibérico para compensar la negativa de Sánchez, en un momento en el que la Unión Europea negocia precisamente un nuevo acuerdo comercial con EEUU, cuando quedan menos de dos semanas para que venza el plazo de la tregua arancelaria del magnate.

Desde Moncloa, quitan hierro al asunto y, de hecho, insisten en que ningún Estado miembro será capaz de llegar al objetivo establecido mientras Trump da por «garantizado» que España llegará finalmente a ese 5 por ciento.

Los líderes se han puesto como fecha 2029 para revisar los planes de gasto, momento en el que quedará patente quién tiene razón. Lo que está claro es que la cumbre de La Haya ha abierto una nueva etapa en la OTAN: más seguridad, más gasto y, quizá, otro frente a Sánchez.