Risas carcelarias en 'hijas de la comedia'

Diego Farto
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Teatro Yeses realiza una crítica social sobre la situación de la mujer partiendo de una obra de teatro dentro del teatro en el Siglo de Oro

Risas carcelarias en ‘hijas de la comedia’ - Foto: Festival de Almagro

El grupo de Teatro Yeses se llevó el aplauso del público del Corral de Comedias por su puesta en escena de Hijas de la comedia. Una obra que es teatro sobre teatro, incluso literatura sobre literatura, bien entretejidas con el añadido de alguna información que no siempre circula sobre los usos y costumbres del Siglo de Oro, así como de las condiciones en las que se desarrollaba el teatro de entonces.

La compañía formada en la antigua cárcel de Yeserías de Madrid y que hoy en día integran reclusas de la cárcel de Mujeres Madrid I, de Alcalá de Henares, con el refuerzo de algunos actores profesionales, desplegó su energía sobre el escenario para hacer posible esta aventura del poeta latino Ovidio y la diosa Venus en el siglo XVII.

La acción se sitúa en Madrid, en 1666, al año siguiente del fallecimiento de Felipe IV, aunque la corona recayó en su hijo Carlos II, al ser éste un niño y además enfermizo, el gobierno efectivo lo ejercía la reina madre, Mariana de Austria. La muerte del monarca había servido de excusa para prohibir las representaciones teatrales en Madrid. El mantenimiento o la revocación de ese veto dio lugar a toda una serie de discusiones en estamentos religiosos y políticos que también sirven de trasfondo para el montaje teatral, que estos días se ha mostrado en el Corral de Comedias de Almagro.

Esta situación dio pie a la autora del texto teatral, Julieta Soria, a mostrar en distintos momentos las normas y limitaciones en las que se desarrollaba el teatro de la época, en especial en los referidos a las mujeres: desde la condición de que sólo podían ser actrices las esposas o hijas de gentes del teatro a la censura previa, ya fuera eclesiástica y civil, sobre los espectáculos.

Pero más allá de ello, la obra es una reflexión sobre la situación de la mujer en la historia y en el presente. «Soy la reina y un alguacil puede decirme que estoy equivocada», proclama Mariana de Austria o «los hombres no dan más que problemas», reitera varias veces una mujer maltratada desde el escenario. Incluso Ovidio, el poeta latino que viaja al siglo XVII para ganar un sitio en el corazón de las mujeres, es el que está a punto de hacer fracasar la misión al despistarse y jurar por los dioses olímpicos en la capital de su católica Majestad.

Sin embargo, el montaje dirigido por Elena Cánovas es divertido, bastante fluido, con una sucesión de cambios de escena que facilita un decorado mínimo y el recurso a las canciones. La trama se estructura en una sucesión de mentiras y simulaciones. Venus y Oviedo se disfrazan de personajes del siglo XVII; la reina Mariana de Austria se hace pasar por empresaria teatral para promover una obra en secreto, y Venus y Ovidio consiguen ayudar a salir de la cárcel a una mujer injustamente encarcelada; hasta que finalmente la obra se representa y Ovidio consigue su objetivo de que su obra sea conocida por las mujeres y «las peores actrices de Madrid» alcanzan el éxito, no sin antes haberse reído de todo, hasta de su oficio. En cuanto a las actrices, apuesta por un montaje fresco, con momentos más logrados que otros, pero consiguen hacer reír.