El Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel es el único lugar de Castilla-La Mancha donde el pasado 2023 se ha criado en libertad una pareja de cerceta pardilla (Marmaronetta angustirostris), una especie de pato que se encuentra en peligro crítico de extinción y es la más amenazada de Europa.
Así lo aseguran fuentes del Organismo Autónomo Parques Nacionales en sus redes sociales consultadas por EFE, donde informan de que este espacio protegido se convirtió la pasada primavera en el único lugar de toda Castilla-La Mancha donde esta ave se reprodujo en libertad.
Hace unos días, en los censos de aves invernantes, el parque nacional contabilizó un total de nueve ejemplares de una especie cuyo número de parejas reproductoras en España es muy reducido.
Castilla-La Mancha está inmersa desde el año 2020 en un proyecto nacional de recuperación de esta especie, a través de la reintroducción de ejemplares que previamente han sido criados en cautividad a través del proyecto Life Cerceta Pardilla.
Desde 2021 se vienen confirmando datos de reproducción de esta especie en distintos humedales manchegos.
Así, ese año se confirmaba la reproducción en libertad en la laguna La Veguilla, de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), donde se registraron tres polladas con una productividad de seis pollos de media.
Después, en 2022 los técnicos del programa pudieron determinar en la laguna de La Veguilla la existencia de tres polladas con una productividad de ocho pollos de media aproximadamente, mientras que en 2023 en el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel se confirmaba la cría de una pollada con una productividad de cuatro pollos.
A través del proyecto Life Cerceta Pardilla, se han liberado 138 ejemplares de cercetas pardillas nacidas en las instalaciones de cría tanto en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de El Saler, en Valencia, como ejemplares nacidos en las instalaciones de cría en cautividad en el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, donde nacieron tres polladas.
A alguno de los ejemplares liberados se le han ido incorporando emisores GPS, para poder conocer su comportamiento y evolución.
Con estos dispositivos de seguimiento se ha podido constatar la muerte de algunos individuos, y también la permanencia de muchos de ellos en humedales de Alcázar de San Juan, Daimiel y Ciudad Real.
La sequía que sufrieron en 2023 algunas de las zonas de reproducción, sobre todo en el sur peninsular, provocaron que se registraron solo 480 pollos, aproximadamente un tercio menos que en 2022, año en el que se contabilizaron 740, lo que significó el freno a la tendencia alcista de los últimos diez años en esta especie de avifauna.
En 2023, se conoció además que el número de polladas (hembras avistadas en compañía de polluelos) también se redujo, pasando de 115 en 2022 a 75 en 2023.