Alejandro Ruiz

EL REPLICANTE

Alejandro Ruiz


‘Sapere Aude’

24/02/2022

'Sapere Aude'; atreverse a saber. A pensar, a guiarse por tus propios pensamientos y entendimiento, a ser responsables. Es el gran lema de la Ilustración, que para Kant supone la salida de la minoría de edad para la humanidad.
La capacidad que tenemos para cumplir con nuestras obligaciones, para comprometernos e intentar actuar de forma correcta y responsable, un verdadero valor humano que nos presenta en sociedad como personas en las que se puede confiar, como personas comprometidas con sus obligaciones personales y sociales. De ahí que la responsabilidad individual, en un mundo globalizado, sea un valor fundamental que debemos preservar, sobre todo a la vista del claro retroceso que estamos experimentando de vuelta a la minoría de edad irresponsable previa a la Ilustración.
Estamos inmersos de nuevo en la inmadurez de una sociedad infantilizada y pueril, donde los ciudadanos solo exigen derechos sin contemplar ninguna obligación, al amparo ciego de los brazos protectores de sus padres, que son los gobernantes, por lo general incompetentes, incapaces e ineptos. Por eso dice Kant que el hecho de que 'la mayor parte de los hombres consideren el paso a la mayoría de edad como algo harto peligroso, además de muy molesto, es algo por lo cual velan aquellos tutores que tan amablemente han echado sobre sí esa labor de superintendencia', en referencia a 'los tutores' con motivación política, muy interesados en mantener a la humanidad en su minoría de edad.
Regresa así el ciudadano súbdito, inofensivo, amparado, el niño perdido con carencia de cualquier discernimiento y criterio, sin culpa ni responsabilidad alguna, asustado, con rabietas y lloros cuando se le niega algo, que vuelve a calmarse, a reír y a jugar cuando la autoridad paterna lo mece, lo arrulla y lo mima a través de la narración de cuentos difundidos por sus medios de comunicación. Esta disfunción anacrónica, marcada por la demagogia y el populismo, permite la paradoja de darse el mayor de los simplismos en los planteamientos políticos desde que vivimos en democracia, precisamente coincidente con el momento histórico de mayor número de ciudadanos con acceso a la formación, a la información y a la cultura.
Y ya, por la amplísima similitud y las evidentes concordancias con lo que acabo de expresar, termino diciendo que a lo que más se parecen estos protectores padres gobernantes de desvalidos ciudadanos púberes, es a los habituales sátrapas avispados que mantienen lucrosos negocios con la divulgación de un variopinto conjunto de pseudociencias, que inexplicablemente son acogidas y asumidas inmediatamente, con verdadera pasión, por una ingente legión de ciudadanos idiotizados, creyentes a ultranza en cosas como la astrología, la ufología, la parapsicología, el reiki, la práctica de cualquier tipo de medicina alternativa, la planicidad de la Tierra o las encuestas electorales de Tezanos.

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