Ciudad Real vivió el arranque del año más negro en violencia machista: más víctimas y más denuncias que nunca. Los juzgados de la provincia tramitaron 467 demandas, más de cinco al día, entre enero y marzo, lo que supone un incremento del 13,3% en relación con el mismo periodo de 2024. Son datos del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, publicados por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que también anota un repunte en el número de víctimas, que pasa de 412 a 458. Más de un tercio son mujeres extranjeras. El primer trimestre también dejó dos menores tutelados a raíz de estos episodios de violencia, frente a los cinco contabilizados un año antes.
El incremento de las denuncias por violencia de género en la provincia se situó muy por encima de la media nacional, que apenas varió (+0,04%) respecto al inicio del pasado ejercicio: España registró una media diaria de 484 víctimas y 532 demandas, con Navarra, Baleares y la Comunidad Valenciana como las comunidades con las tasas más elevadas. En Ciudad Real, el 68,5% de las denuncias fueron presentadas directamente por las víctimas: 314 tras un atestado policial y seis en los juzgados. Sólo el 4,1% provinieron de familiares (más de dos puntos por encima de la media nacional), mientras que el resto tienen su origen en la intervención directa policial, en partes de lesiones recibidos en el juzgado o por servicios de asistencia o terceros.
Apoyo del entorno. Entre enero y marzo del presente ejercicio se enjuiciaron a 88 personas y 83 (59 españoles y 24 extranjeros) fueron condenadas, el 94,3% del total. Son más de dos puntos por encima de la media nacional. Además, un total de 44 víctimas, casi el 10%, se acogió a su derecho a no declarar contra el agresor. Son casi 30 más que un año antes, la cifra más alta del último lustro. En este punto, la presidenta del Observatorio, Esther Erice, valora «la importancia de la atención y apoyo que la víctima necesita de su entorno en una situación tan compleja para ella como es la de denunciar a la persona con la que ha convivido o incluso sigue conviviendo, y con la que en muchos casos tiene hijos e hijas en común».
Asimismo, Erice advierte de que todos los años se observa cómo en los meses de verano se produce un incremento de hechos delictivos de esa naturaleza, «lo que hace necesaria una mayor atención, colaboración y prevención de estos delitos durante el periodo estival».