Los niños de Educación Infantil salen a la calle con una sonrisa y sosteniendo en sus brazos alguna manualidad que tienen que llevar a casa. Los que ya son un poco más mayores se van en grupo, bromeando y hablando entre ellos. Ayer fue el último día lectivo para la mayoría de los escolares de Castilla-La Mancha y en el ambiente se nota la alegría.

Uno de los centros que ayer despedía a sus alumnos hasta el curso que viene era el Hermano Gárate. Algunos quinceañeros de ESO pasan el rato en el club juvenil del centro con un disputado partido de futbolín mientras otros compañeros se centran en otros juegos. Una planta más arriba, tres chicas de los cursos altos de Primaria recorren los pasillos buscando profesores y estudiantes que les firmen autógrafos, unos en papel, pero también vale en el brazo.

En las aulas el ambiente es alegre, «los niños viven el último día de clase súper contentos, con muchísima ilusión, pero también tienen la cosilla de que nos despedimos para muchos meses», apunta la profesora de segundo de Primaria Nieves Barragán, quien también se despide, ya que se prejubila.

Imagen del interior del Colegio Hermano Gárate el último día de clase. - Foto: Tomás Fernández de MoyaLos pequeños dejan a sus compañeros «un cariñograma», en realidad un sobre en el que cada escolar va metiendo un papel donde cuenta lo que le gusta del niño al que se dirige ese sobre especial.

A la puerta del colegio salesiano esperan padres, madres y también algunos abuelos, que reconocen que ayer los niños estaban un poco más nerviosos, como Prado Pérez «porque ya llega el verano, las vacaciones, tienen ganas de irse a la piscina, están contentos por entrar y por salir», admite. Lucía, una niña de 8 años que acaba de terminar tercero de Primaria aclara que aunque se ha despedido de sus compañeros todavía tendrá ocasión de reencontrarse con algunos, «porque vamos una semana a un campus».

El Colegio Hermano Gárate finalizó el curso ayer, como todos los centros de la región para casi 900 alumnos, pero aún quedan dos días para 350 estudiantes de FP.

El director del centro Miguel Ángel Muñoz explica cómo se concibió el día: «Son seis horas en el colegio, las primeras horas de clase, son de resumen, de recogida... Y ya al final, después del recreo, es un poquito más lúdica, más festiva».