“Aunque el riesgo cero no existe, ahora mismo las residencias de ancianos están entre los lugares más seguros”. Con estas palabras explica José Manuel Llario, presidente de la Asociación de Castilla-La Mancha de Residencias y Servicios de Atención a los Mayores (Acescam), la situación de estos centros en un contexto de preocupación general por los brotes. Acescam y la Asociación de Residencias de la Tercera Edad de Castilla-La Mancha (Artecam) han participado esta semana en una reunión con la consejera de Bienestar Social, Aurelia Sánchez, para ultimar la aplicación del ‘Plan de Respuesta Temprana frente a la Covid-19’ en las residencias de mayores y que incluye recomendaciones para prevenir situaciones de riesgo en esta población vulnerable así como garantizar respuestas ante brotes futuros.
Un encuentro “muy positivo y fructífero”, en palabras de Llario, que agradeció el hecho de que la administración esté teniendo en cuenta sus propuestas y aportaciones a este plan, que se dará a conocer en breve.
Para el presidente de Acescam, está siendo crucial “la colaboración con las distintas gerencias. El COVID nos demostró a todos que somos muy vulnerables y que hay que trabajar e ir de la mano, potenciando la cercanía”. En este sentido, recuerda que la experiencia de todo lo vivido en estos meses les permite ahora estar mucho más prevenidos y poseer más material. Así, destacó el hecho de que se cree por ley un fondo de contingencia con material como EPIs o gel hidroalcohólico para dos meses y al que podrán acudir las residencias ante un brote. Una colaboración con la administración que califica como “esencial”.
“No podemos bajar la guardia”, recalcó Llario, que añadió que el hecho de que en la región haya 29 centros con algún caso “es porcentualmente una cifra muy baja”, recordando que “la gente ha vuelto a demandar plazas y eso es sinónimo de que vuelve a existir confianza” .
Entre sus principales preocupaciones están ahora aquellas residencias que no sufrieron ningún caso entre residentes y trabajadores, por lo que no existe inmunidad, y que están ubicadas en localidades donde han aparecido brotes.
En cuanto a las visitas de familiares, y siguiendo las normas sanitarias, se mantienen en una al día y de 30 minutos y con un estricto protocolo.
Para evitar brotes en estas residencias, Llario considera clave la realización de PCR y el aislamiento como prevención al más mínimo síntoma de residente o trabajador. “Los pequeños síntomas deben ser tratados como un posible COVID”, resaltó.